La salida de Telefónica de Ecuador marca un nuevo capítulo en la transformación del grupo español. La operación, valorada en 380 millones de dólares, es coherente con su estrategia de simplificación, eficiencia y enfoque en mercados de mayor retorno. En paralelo, refuerza el avance de Millicom como actor clave en el mapa de telecomunicaciones de América Latina.
Ambos movimientos reflejan cómo el sector sigue ajustándose a las nuevas dinámicas de consumo digital, presión competitiva y necesidad de optimizar estructuras operativas en cada mercado. Una operación que se enmarca dentro de la política de gestión de cartera de activos del Grupo Telefónica.
«En el día de hoy Telefónica Hispanoamérica, S.A filial 100% propiedad de Telefónica, S.A, ha alcanzado un acuerdo para la venta a Millicom Spain, S.L. de la totalidad de las acciones que ostenta en Otecel S.A. (Telefónica Ecuador), representativas del 100% de su capital social», expresan desde la propia teleco española.

LA REDUCCIÓN DE CARTERA DE TELEFÓNICA
En este contexto, la operación fue confirmada a través de un comunicado de “Otra Información Relevante” dirigido a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), en el que se detalla que la venta fue acordada entre Telefónica Hispanoamérica, S.A., filial 100% propiedad de Telefónica S.A., y Millicom Spain, S.L., parte del grupo Millicom, un operador de telecomunicaciones con fuerte presencia en América Latina bajo la marca Tigo.
Si bien, este acuerdo representa un paso más en la estrategia de Telefónica de reducir exposición en Hispanoamérica, una región históricamente relevante para el grupo, pero que ha presentado retos de rentabilidad, presión regulatoria y volatilidad macroeconómica en los últimos años. La teleco española lleva tiempo queriendo reducir su cartera hispanoamericana, pero es un proceso lento.
La decisión de Telefónica de desprenderse de activos en América Latina viene desde 2019
No obstante, estamos ante una estrategia que no es novedosa. Si miramos hacia atrás en 2019 el presidente de Telefónica en ese momento, José María Álvarez-Pallete ya puso encima de la mesa la idea de una transformación profunda para el modelo operativo de la teleco. En dicha transformación quedaba claro cuales eran los mercados más exitosos y clave de Telefónica, es decir, España, Alemania, Reino Unido y Brasil.
Con el plan sobre la mesa para apostar por los mercados clave, era de esperar que debían de llegar las malas noticias. Y, es que en su día, Álvarez-Pallete con la nueva estrategia abría la puerta de manera indirecta a la desinversión progresiva en el resto de países latinoamericanos con los que no contaba y no eran parte de sus mercados clave.

Concretamente, Ecuador era uno de los mercados pendientes de esta revisión, y con la salida formalizada hoy, se suma a la lista de países en los que Telefónica ha reducido o eliminado su presencia directa, entre ellos Costa Rica, Nicaragua, El Salvador, Guatemala y Panamá, varias de ellas también vendidas a Millicom en años anteriores.
EL MERCADO DE ECUADOR PARA TELEFÓNICA
En este sentido, Telefónica operaba en Ecuador desde 2004, cuando ingresó al mercado tras adquirir la licencia de Bellsouth. Desde entonces, la empresa ha gestionado la marca Movistar en el país, convirtiéndose en uno de los principales operadores móviles, compitiendo con Claro (del grupo América Móvil) y CNT (empresa pública).

Asimismo, aunque Ecuador no era uno de los mercados de mayor peso dentro del portafolio de Hispanoamérica, su desinversión permite a Telefónica liberar recursos y enfocarse en regiones donde mantiene una posición estratégica dominante. Sin ir más lejos, la venta ocurre en un contexto en el que Telefónica busca reforzar su solvencia financiera, reducir deuda neta y acelerar inversiones en 5G e infraestructura digital en Europa y Brasil.
Para Millicom, que es la compañía que sale ganando tras estos movimientos, la adquisición de Telefónica Ecuador refuerza su presencia en Sudamérica. El grupo opera en más de 10 países de América Latina y África, aunque en los últimos años ha enfocado su crecimiento en mercados hispanos tras abandonar África.
La venta de Ecuador puede ser vista como un “aviso de lo que viene” para otros mercados
No obstante, el cierre de la operación está condicionado a la obtención de las aprobaciones regulatorias pertinentes por parte de autoridades ecuatorianas y regionales. No se ha especificado un calendario concreto, pero en operaciones anteriores de similar magnitud, el proceso puede tardar entre 3 y 6 meses en completarse.
Los analistas del sector consideran que la venta puede tener un efecto positivo inmediato en caja y mejorar algunos ratios de apalancamiento financiero del grupo. «Especialmente en un entorno donde Telefónica busca reducir su deuda y reforzar su perfil de inversión», expresan algunos expertos en telecos.