Concluye la serie más vista de la televisión haciendo salidas de uno de sus personajes más complejos y cautivadores. «Sueños de libertad» ha vuelto a impresionar a su audiencia con una inesperada salida: la despedida del detective Ángel Ruíz, el personaje –ampliamente conocido y apreciado por su interpretación por el gran Rafael Rojas. Su última aparición, en el capítulo 327, emitido en esta jornada del 12 de junio, representaba de este modo época culminando de esta manera –temporalmente al menos, es verdad, que por lo que se le ve no va a tardar en aparecer otra vez– a un personaje que ha removido las aguas de la trama desde que llegó.
2SECRETOS SIN RESOLVER
A pesar de que su salida de Sueños de Libertad parece firme, parece quedar una línea argumental por desvelar, su relación con Górriz. Damián está convencido de que Don Pedro utilizó al exoperario para llevar a cabo una manipulación en la fábrica y mermar las fuerzas y la energía de Joaquín, hipótesis que consiguió dar a conocer Jesús un tiempo antes de morir. Si esta subtrama se reanuda en el futuro, ¿sería un motivo suficiente para volver a encontrarnos con el detective? Los guionistas han dejado el umbral abierto, y los fans de la serie ya empiezan a especular con la posibilidad de que, en una temporada siguiente, podría volver a aparecer.
Rafa Rojas, por su parte, supo ofrecer un personaje carismático y complejo, y con una interpretación medida pero lo suficientemente matizada, cada una de sus apariciones parecía un imán para los espectadores. Su química con el elenco principal –con el resto del grupo principal, y más específicamente con los actores que interpretan a Damián e Irene– iba dando nuevas capas de tensión y suspense a la serie. No es exagerado decir que la presencia de Rojas podría elevar el nivel dramático de la serie «Sueños de libertad».
Pero el regreso es mucho más que un recurso narrativo: sería una proclamación y un manifiesto. Ruíz encarna una justicia fría en un mundo podrido y podrido, y coincide que la posibilidad de su regreso podría alinearse incluso con el momento en que Don Pedro oda parecido invencible. De igual forma, hay preguntas sin respuesta. ¿Qué conoce realmente acerca de la muerte de Jesús? ¿Almacena pruebas que aún no ha mostrado? La forma tan abrupta de su partida concede a entender que todavía tiene cartas guardadas.
Si regresa, no lo hace como un detective menos, sino como la encarnación de todo aquello que Don Pedro teme: la verdad. Es un lugar donde los guionistas pueden hacer uso de una gran posibilidad. En lugar de desecharlo, podrían convertir la ausencia del personaje, en un elemento diegético. Que su sombra siga obsesionando a los personajes, hasta hacer que sea inevitable su regreso. Al fin y al cabo, en «Sueños de libertad», nadie escapa de su pasado.
