Una cajera de Mercadona ha decidido compartir, desde el anonimato que le confiere la experiencia de años tras la caja registradora, cuáles son esos momentos concretos de la semana en los que hacer la compra se convierte en una auténtica prueba de paciencia, o incluso en una pequeña odisea. Lejos de ser una crítica sin fundamento, sus observaciones ofrecen una perspectiva valiosa para quienes buscan optimizar su tiempo y evitar las aglomeraciones o la frustración de no encontrar sus productos frescos favoritos. Esta información privilegiada podría cambiar radicalmente la forma en que planificamos nuestras visitas al supermercado, transformando una tarea rutinaria en una experiencia mucho más llevadera y eficiente para el consumidor habitual de Mercadona.
La sabiduría popular a menudo acierta, pero cuando la confirmación viene de alguien que vive el día a día del supermercado desde dentro, cobra una nueva dimensión. Conocer los entresijos de los horarios y los flujos de clientes puede ser la diferencia entre una compra rápida y satisfactoria y una que nos deje con ganas de no volver en mucho tiempo, así que entender estos patrones es clave para cualquier comprador asiduo. Desvelar estos secretos no busca perjudicar, sino todo lo contrario: ayudar a que la experiencia de todos, tanto clientes como empleados de Mercadona, sea un poco mejor, organizando mejor las visitas y, quién sabe, quizá ahorrando algún que otro quebradero de cabeza innecesario.
2LUNES A PRIMERA HORA EN MERCADONA: LA ODISEA DE LOS FRESCOS DESAPARECIDOS

Contrariamente a lo que se podría pensar, el lunes a primera hora, ese momento en el que uno esperaría encontrar los lineales rebosantes tras el descanso dominical, presenta otro tipo de inconveniente significativo, especialmente para los amantes de los productos frescos en Mercadona. La cajera advierte que, aunque la afluencia de público es considerablemente menor que un sábado, la reposición de ciertos artículos, sobre todo frutas, verduras y pescado fresco, puede no estar completada, dejando a los madrugadores con una oferta más limitada de lo esperado. Este fenómeno se debe a la compleja logística de distribución y al hecho de que muchos productos frescos llegan precisamente durante las primeras horas de la mañana del lunes, tras el parón del fin de semana.
Así, quienes acuden con la intención de llenar su cesta de productos frescos de primera calidad pueden encontrarse con una selección escasa o con la ausencia de sus variedades preferidas, teniendo que esperar o volver más tarde. La planificación de la compra en función de la disponibilidad de estos artículos es crucial, y el lunes temprano, aunque tentador por la menor cantidad de gente, puede no ser el idóneo si la prioridad son los frescos recién llegados y en plena variedad, siendo preferible esperar a media mañana o incluso al martes para asegurar una mayor oferta. Este detalle, a menudo desconocido, marca una diferencia sustancial en la calidad y variedad de la compra, especialmente en un supermercado como Mercadona que presume de su sección de frescos.