Jorge Javier Vázquez ha vuelto a mostrar su faceta más personal y reflexiva en su blog de Lecturas, donde esta semana ha compartido sus impresiones tras leer Yo, Bárbara, las memorias de la vedette y actriz Bárbara Rey. El presentador, que lleva años ocupando un lugar privilegiado en la televisión española, no ha dudado en abrirse a sus lectores para contar no solo lo que le ha provocado la lectura del libro, sino también una anécdota íntima que vivió hace más de dos décadas con la propia Bárbara en los pasillos de televisión. Fue un encuentro breve, aparentemente sin importancia, pero que ahora, a la luz de todo lo que ha sabido sobre su vida, cobra una dimensión distinta. Jorge recuerda con detalle cómo, en aquella ocasión, al cruzarse con ella en maquillaje, se dirigió a ella con un educado “Hola, reina”, a lo que ella respondió con una sonrisa irónica y una frase cargada de doble sentido: “Pues yo podría haber llevado ese título mejor que otras”. Aquel comentario, que en su momento sonó como una simple muestra de desparpajo, cobra ahora un significado más profundo para el catalán, que entiende la carga emocional y vital que Bárbara arrastra a sus espaldas.
2Bárbara Rey cuenta su historia

En ese sentido, Jorge aprovecha también para compartir algunos de los pasajes que más le han impactado. Uno de ellos, especialmente revelador, describe cómo Bárbara, al llegar a Madrid con una amiga, dormía en cualquier parte y se aseaban en los baños de unos grandes almacenes. “Lavaban sus bragas allí mismo y las secaban con el aire caliente del secamanos”, relata el presentador con ternura, destacando la mezcla de dignidad y precariedad que impregnaba aquellos años. Detalles como este, dice, no solo humanizan al personaje, sino que permiten entender mejor el largo camino que ha recorrido para llegar hasta donde está. Por eso, insiste en que cualquier juicio sobre Bárbara Rey debería partir del conocimiento y la sensibilidad, no del sensacionalismo ni de la caricatura.
En definitiva, este último texto de Jorge Javier Vázquez no es solo una reseña literaria ni un ejercicio de nostalgia personal, sino un homenaje sentido a una mujer que, según él, podría haber tenido otro destino de haber nacido en otra época. Y aunque admite que todo lo que escriba sobre ella está teñido por la simpatía que le profesa, no oculta que esta lectura le ha removido profundamente. No solo ha redescubierto a Bárbara Rey, sino que ha comprendido mejor el precio de la fama, el peso de los secretos y la necesidad urgente de escuchar las voces de quienes, durante años, fueron obligadas a callar. Porque, como él mismo apunta, a veces una simple frase como “Hola, reina” puede encerrar décadas de lucha, deseo frustrado y verdad silenciada.