La muerte política de Santos Cerdán ha generado un fuerte impacto en la escena pública española. Un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil apunta a posibles prácticas corruptas en el seno del Gobierno, lo cual ha encendido todas las alarmas.
El informe podría evidenciar la existencia de una red corrupta que habría conformado una compleja trama. En esta red estarían implicados, además de Santos Cerdán, tanto José Luis Ábalos como su exsombra Koldo García. Según la investigación, esta trama estaría basada en el cobro de mordidas a cambio de adjudicar contratos y obras públicas.
Acciona, Sacyr o Ferrovial aparecen citadas como posibles beneficiarias de los amaños.
RASGUÑO EN LA SER
La SER se ha volcado en cubrir el escándalo tras la polémica conversación que mantuvieron en antena en la noche del miércoles Inma Carretero, jefa nacional de la SER, y Aimar Bretos, presentador de ‘Hora 25’.
Durante la conversación en directo, Inma Carretero mostró un tono claramente diferente al habitual, reflejando la confusión y el desconcierto en los círculos mediáticos y políticos sobre el contenido y la existencia misma del informe de la UCO. Carretero reveló que había hablado con María Jesús Montero, ministra de Hacienda, quien expresó no saber si alguien disponía del informe.
La ministra admitió estar «perdidísima», una frase que evidencia la desorientación y el caos que el caso ha provocado incluso dentro del propio Gobierno. Inma Carretero, aparentemente sin darse cuenta de que estaba en directo, se mostró frustrada y citó a «Pedro», en clara alusión al presidente Pedro Sánchez, para señalar que «no lo tienen y Pedro lo que les está trasladando, o sea la fuente…».
El momento fue tan revelador que Aimar Bretos tuvo que intervenir inmediatamente para cortar la conversación y corregirla, recordándole que estaban al aire y sugiriendo usar el nombre correcto del presidente, evitando confusiones en plena transmisión.

Esta escena puso en evidencia el grado de desconcierto y la falta de información clara que rodeaba al caso, tanto en las altas esferas políticas como en los medios de comunicación. Y también la estrecha cercanía entre el PSOE y la SER.
EL PSOE Y LOS ESCÁNDALOS
La investigación de la UCO apunta a una trama bien estructurada que, de confirmarse, implicaría al PSOE y a importantes empresas del sector de la construcción, las cuales habrían participado en prácticas ilícitas para asegurar contratos y beneficios económicos. El ‘caso Ábalos’ vuelve a manchar a los socialistas, que en los años 90 del siglo pasado protagonizaron numerosas irregularidades bajo el liderazgo de Felipe González, que ha cambiado de bando y ahora da lecciones de ética pese a los lamparones que sufre su hoja de servicios a cuenta del GAL.
Entre 1983 y 1987, los GAL llevaron a cabo secuestros, torturas y asesinatos, algunos de ellos de personas sin relación con la banda terrorista. La investigación judicial concluyó que altos cargos del Ministerio del Interior, entre ellos el exministro José Barrionuevo y el exsecretario de Estado Rafael Vera, estuvieron implicados y terminaron condenados por su participación en estos actos ilegales. Aunque nunca se pudo demostrar la implicación directa de Felipe González, muchos analistas consideran improbable que una operación de esta envergadura se realizara sin su conocimiento.
Otro escándalo que sacudió al PSOE fue el caso Filesa, que fue una red de financiación ilegal del partido descubierta en 1991. Empresas pantalla como Filesa, Malesa y Time-Export sirvieron para desviar fondos a las arcas del PSOE, simulando trabajos de consultoría para grandes empresas que querían acceder a contratos públicos.
El el caso Roldán, protagonizado por Luis Roldán, director general de la Guardia Civil entre 1986 y 1993, también levantó una gran polvareda. Roldán fue acusado de enriquecerse ilícitamente mediante comisiones ilegales procedentes de los fondos reservados del Ministerio del Interior. Tras una fuga internacional y una intensa búsqueda, fue capturado y condenado a más de 30 años de prisión.