sábado, 14 junio 2025

Las bombas de Israel disparan el petróleo, dando un respiro a Repsol y BP

Irán ha prometido una «represalia sin límites» tras los ataques sobre Teherán de la noche del jueves, cortesía de la aviación israelí, y el petróleo ha reaccionado con tanta rapidez como en sus mejores tiempos: el precio del crudo alcanzó un techo de cinco meses y los sudores fríos ante una posible carencia de suministro están a la orden del día. Un panorama que, con toda su carga trágica, aclara el panorama financiero de la industria petrolera.

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LOS PRECIOS DEL PETRÓLEO ANTES Y DESPUÉS DEL ATAQUE

Antes del ataque, el petróleo estaba inmerso en una espiral bajista que parecía no tener fin. Tanto el Brent como el West Texas renqueaban en la horquilla de los 62-65 dólares por barril, y el futuro no auguraba rebote alguno.

Jefferies llegó a rebajar sus perspectivas para el Año Fiscal 2025 y el Año Fiscal 2026 en 10 dólares por barril para el crudo Brent, hasta los 65 dólares por barril, lo que derivó en el empeoramiento de las perspectivas para petroleras ya ‘tocadas’ como BP. Y la entidad alemana no estaba sola: este mismo martes, la Administración de Información Energética de EEUU (EIA, por sus siglas en inglés) indicó que esperaba que los precios del barril Brent bajaran hasta cerca de 60 dólares por barril a finales del año y promediaran 59 dólares por barril el próximo año, lo que afectaría a la producción petrolera estadounidense.

El bombardeo israelí contra Teherán ha dinamitado este escenario. El viernes, los futuros del crudo Brent subieron 4.60 dólares, o un 6.63%, hasta 73,96 dólares por barril, a primera hora de la mañana, después de alcanzar un máximo intradía de 78,50 dólares, el nivel más alto desde el 27 de enero. Por su parte, el crudo West Texas Intermediate (WTI) de Estados Unidos aumentó 4.99 dólares, o un 7.33%, hasta 73,03 dólares por barril, después de alcanzar un máximo de 77.62 dólares, el más alto desde el 21 de enero.

REACCIÓN «LIMITADA»… DE MOMENTO

Los análisis y previsiones, como era de esperar, no tardaron en surgir. Kerstin Hottner, directora de materias primas en Vontobel, considera que la reacción de los precios del petróleo, aunque considerable, no pasa de «limitada», ya que «los fundamentales del mercado permanecen inalterados».

La experta incide en que hasta ahora no existen indicios de que se hayan producido daños en las infraestructuras petrolíferas. «La OPEP aún dispone de unos cinco millones de barriles diarios de capacidad excedentaria, lo que podría mitigar posibles perturbaciones», añade.

Eso sí, si Irán materializa sus amenazas y el enfrentamiento con Israel se recrudece, la situación del suministro de crudo puede empeorar rápidamente: «Si Irán percibe una amenaza significativa, podría plantearse bloquear el estrecho de Ormuz, un punto de estrangulamiento crítico por el que circula aproximadamente el 25% del comercio mundial de petróleo» -advierte Hottner- «Una acción de este tipo afectaría también a las propias exportaciones iraníes y podría tensar las relaciones con otros países productores de petróleo y grandes consumidores como China».

BENEFICIOS PARA LA INDUSTRIA PETROLERA

Una eventual escalada de la violencia en Oriente Próximo que lleve al desabastecimiento de crudo sería, desde casi todos los puntos de vista, una catástrofe económica. La excepción son las petroleras, que con los números en la mano harían el agosto. A los gigantes del sector, como la española Repsol y, sobre todo, la británica BP, no les vendría nada mal que los precios del petróleo se pusieran por las nubes, después de un 2024 de ‘vacas flacas’.

En el caso de Repsol, la debilidad de los precios, sumada al escaso margen de beneficios del negocio del refino en los últimos tiempos, ha mermado de forma significativa sus balances. Durante el primer trimestre del presente año, la compañía ha seguido arrastrando los mismos lastres: su resultado bruto de explotación (Ebitda) se quedó en 14.408 millones de euros, un descenso del 5,1% interanual, frente a 11.793 millones de euros estimados. Al beneficio neto le fue aún peor: 366 millones de euros frente a los 969 millones de euros del primer trimestre de 2024.

Si el ‘oro negro’ mantiene los niveles alcanzados tras el ataque del jueves, BP podría poner parches a su delicada situación financiera e incluso alejar los rumores que HABLAN de una posible absorción por parte de colosos como Shell

A nivel global, sin embargo, es difícil encontrar una empresa más afectada que BP por la deriva bajista del petróleo. El impacto del crudo barato se ha visto agravado por la dirección estratégica tomada por la compañía, que en febrero decidió dejar a un lado las renovables e incrementar la inversión anual en petróleo y gas hasta los 10.000 millones de dólares (9.500 millones de euros), volviendo a centrarse en los combustibles fósiles, con el objetivo de mejorar los rendimientos.

El problema es que BP había construido sus planes sobre la base de un crudo a 70 dólares el barril, muy por encima de los 65 dólares que promediaba hasta ahora. Si el ‘oro negro’ mantiene los niveles alcanzados tras el ataque del jueves, la antigua British Petroleum podría poner parches a su delicada situación financiera e incluso alejar los rumores que la colocan como objeto de una posible absorción por parte de colosos como Shell.


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