viernes, 13 junio 2025

Vodafone, la teleco que mejor resistió el apagón de abril por sus baterías y generadores

Los usuarios móviles de la red de Vodafone tuvieron menos probabilidades de sufrir una pérdida total del servicio durante el reciente apagón que afectó a la Península Ibérica el pasado 28 de abril. En el punto álgido del apagón del 28 de abril, más de la mitad de los usuarios de redes móviles en amplias zonas de España se quedaron completamente sin señal, y el también «apagón» teleco evidenció la vulnerabilidad de la infraestructura de telecomunicaciones incluso ante breves interrupciones del suministro eléctrico, y las zonas geográficas donde la interrupción de la red tardó más en recuperarse y se alargaron hasta la noche fueron algunos lugares de Andalucía y Galicia.

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Estas son las conclusiones basadas en los datos recogidos por la herramienta de medición Speedtest Intelligence, de la consultora internacional de telecomunicación Ookla, que ha analizado los datos recogidas el fatídico día del apagón español para dar cuenta de cómo se comportaron las redes móviles de nuestro país durante el colapso de la red ibérica.

La investigación llega a varias conclusiones importantes. La general indica que a variación en la escala y duración de las interrupciones entre los operadores móviles durante el evento del 28 de abril refuerza el argumento de que «una sólida resiliencia energética es ahora el factor más decisivo para preservar la continuidad del servicio en las redes móviles». Lo que abunda en la afirmación de que sin electricidad, no hay telecomunicaciones.

el 28 de abril, Vodafone exhibió el pico de cortes más temprano y más bajo de España. La probabilidad de que un abonado de su red se quedará sin servicio alcanzó un máximo de aproximadamente la mitad que el de Orange

Según la consultora, el colapso sufrido en nuestro territorio es «la demostración más contundente hasta la fecha de la fragilidad de la infraestructura de la red móvil, precisamente cuando más se necesita», y va a servir para, en el futuro, «mitigar las vulnerabilidades sociales derivadas de la dependencia inherente de las redes móviles de un suministro eléctrico constante», para así asegurar la continuidad del servicio «precisamente cuando es más crítico para la seguridad pública y el funcionamiento social».

La consultora no culpa de esta vulnerabilidad energética solo a las telecos españolas. Su informe va más allá del apagón ibérico del 28 de abril, al señalar que los eventos recientes en el Reino Unido e Irlanda, donde las tormentas de invierno (especialmente la tormenta Éowyn ) causaron extensos daños localizados a las redes de distribución eléctrica, y en Francia, donde el vandalismo en subestaciones resultó en apagones breves pero severos en Cannes y Niza, destacan las interrupciones del suministro eléctrico como «una vulnerabilidad principal para las redes móviles que dependen completamente de la energía de la red».

Sin embargo, avisa a administraciones y telecos de que esta debilidad se suma a otras vulnerabilidades de los operadores a tener en cuenta: «la conectividad de fibra terrestre o submarina, los enlaces ascendentes en la nube y las conexiones de peering de terceros».

EVOLUCION APAGON TELECO Merca2.es

ESPAÑA, ‘SIN SERVICIO’

El análisis de generalizado «sin servicio» en las líneas móviles y datos de nuestro país a las12:33 de aquel día el colapso de la red obligó a activar «los rectificadores o sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI) en emplazamientos móviles a cambiar a baterías o generadores de respaldo (donde estos estaban instalados y adecuadamente cargados o alimentados)», pero a los 30 minutos del evento, la curva de cortes entró en una fase de crecimiento descontrolado.

Así, han observado que la cronología de los impactos fue prácticamente la misma en toda España, «afectando tanto a zonas rurales como urbanas», sin embargo, la gravedad inicial fue más pronunciada en las zonas costeras este y sur, así como en el interior del país, lo que podría indicar un menor nivel de autonomía energética en estas zonas. Ookla ha detectado el «enfoque escalonado» para la capacidad de respaldo empleado por los operadores, por lo que «una parte de los sitios continuó operando, probablemente en un estado reducido con medidas agresivas de ahorro de energía implementadas» durante la tarde y noche del 28 de abril.

Así, según el estudio «el impacto del apagón en la infraestructura de la red móvil en España alcanzó su punto máximo entre las 21:00 y las 22:0, con más de la mitad de los suscriptores móviles sin servicio en muchas regiones al anochecer», justo antes de que se restableciera el suministro eléctrico. La recuperación de la red móvil se produjo así en paralelo a la del suministro eléctrico, y fu más evidente en regiones como el País Vasco, Cataluña y Castilla y León.

Sin embargo, en algunas zonas de Andalucía y Galicia los cortes de red continuarán durante la noche, en algunas zonas hasta las seis de la mañana, «y sólo recuperaron la conectividad cuando se restableció el suministro poco después». De esta manera, queda demostrado «la relación directa entre el momento del restablecimiento del suministro eléctrico y la recuperación de la red móvil» por lo que los operadores «dependen totalmente de la red para la continuidad del servicio una vez que los sistemas de reserva se agotan inevitablemente».

Vodafone, la teleco española que mejor resistió el apagón eléctrico de abril
La curva de Vodafone muestra cómo fue el operador móvil más resiliente durante el apagón de luz eléctrico. Fuente: Ookla

VODAFONE, LA MÁS RESILIENTE

La investigación revela que el impacto del corte de energía en la infraestructura de la red móvil varió significativamente entre los operadores, «siendo los diferentes niveles de penetración de la energía de respaldo un factor crítico que influye en la gravedad experimentada por los usuarios finales». Así, han confirmado que, en efecto, Vodafone España se mantuvo operativa en un 70% gracias a sus generadores y baterías de reserva.

Así que, en efecto, concluye que la resiliencia energética, en particular mediante sistemas de respaldo de baterías y generadores en emplazamientos móviles, se ha convertido en una medida proactiva clave para mitigar las interrupciones de la red eléctrica. No obstante, son realistas al comprender que en un caso como el del apagón del 28 de abril, «ninguna medida es una solución milagrosa y que la autonomía energética a largo plazo a menudo no es económicamente viable en una gran parte de la superficie del emplazamiento».

No obstante, la observación del comportamiento de la «curva de infección», es decir, de la afectación del servicio a las telecos que se quedaban sin energía en su red, «transforma los datos de ‘ausencia de servicio’ en una historia sobre la topología de la red y la amplitud y profundidad de la reserva de energía desplegada por los distintos operadores».

Así, según los datos de Ookla, el 28 de abril, Vodafone exhibió el pico de cortes más temprano y más bajo de España. La probabilidad de que un abonado de su red se quedará sin servicio alcanzó un máximo de aproximadamente la mitad que el de Orange y notablemente por debajo de otros operadores.

Según la explicación técnica hecha pública, este pico, temprano pero suprimido, indica una capa de autonomía energética delgada pero ampliamente desplegada en su red, con células pequeñas (que cuentan con reservas cortas de SAI), así que «este planteamiento de repartir reservas poco profundas entre la mayoría de los emplazamientos aplanó el pico de cortes de Vodafone, pero también lo adelantó en el tiempo».

El informe revela también que aunque la curva de cortes de Orange no alcanzó su pico hasta varias horas después que la de Vodafone, «es indicativo de una estrategia que se concentró en una reserva de baterías o generadores de gran capacidad en los emplazamientos clave», pero que dejó una amplia franja de emplazamientos vulnerables al colapso sincronizado (como reflejando los fuertes picos sin servicio), el pico más alto sugiere que una mayor parte de su base de abonados probablemente se quedó sin servicio durante el apagón.

En el caso de Movistar, su perfil de interrupción se situó entre el de Vodafone y Orange tanto en el momento como en la altura de su pico durante el apagón, pero la recuperación de su huella de sitios fue significativamente más prolongada, tardando casi el doble de tiempo (casi un día y medio) que los otros operadores para que la proporción de abonados sin servicio cayera por debajo del 2%.

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Según OoKla «es probable que esto se deba a la escala única de su presencia rural y de abonados en España, donde la energía de reserva suele depender de más generadores que requieren intervención manual y cuyo despliegue es más limitado debido a las dificultades económicas que plantea la instalación en zonas remotas».


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