sábado, 14 junio 2025

‘Valle Salvaje’: ¿Sobrevivirá Raimunda a sus graves problemas de salud?

El sol se oculta tras las montañas de Valle Salvaje, pero la oscuridad que cubre sus habitantes no es la de la noche, sino que es la que cubre conflictos que están a punto de devorarlos vivos a todos. El enganche del capítulo 187 promete un terremoto emocional cuyas réplicas cambiarán la suerte del destino de todos ellos. Raimunda está luchando a muerte, el marqués afila garras y un matrimonio no esperado divide el pueblo entre la esperanza y el recelo; por su parte, Mercedes y Bernardo hacen aguas peligrosas y Adriana parece estar al borde del abismo.

Publicidad

2
EL MATRIMONIO INESPERADO DE VALLE SALVAJE

Fuente: RTVE

El hecho de que Úrsula anuncie su matrimonio con Rafael en Valle Salvaje hecha a tierra como un rayo espantoso y abominable al pleno sol. Para algunos, es una unión que llevará paz; para otros, será una bomba de tiempo. Y Bárbara es la primera que lo advierte, la que, con su instinto siempre alerta, siente el peligro antes que los demás. «No es amor lo que hace que mi hermana se una a él», aprieta entre dientes para sí misma, recordando las cicatrices que su hermana aún oculta bajo su sonrisa.

Bárbara, decidida a evitar la tragedia de otro funeral familiar, se plantó delante de Úrsula. La conversación de las hermanas es una guerra entre miradas y silencios atentos a la molécula más mínima. «¿Qué es lo que realmente buscas?», pregunta Bárbara, mientras Úrsula juega con un anillo que no es de compromiso, sino de herencia.

La respuesta tal vez se encuentra en el pasado que las dos tratan de sepultar.
Mientras Rafael parece ignorar las tensiones. ¿Inocente o frío? Julio, sin embargo, no pierde detalle. Adriana se deja estar en sus pensamientos, y él sabe que el primer shock cederá lugar a algo mucho más peligroso. «El valle no perdona a los despistados», piensa y prosigue observando a su esposa cerrando los dedos de sus manos, abiertos en un asco oculto.

Úrsula le da la bienvenida a Bárbara con una tranquilidad que puede llegar a ser casi insultante. «Siempre desconfías de mí», dice alisándose el vestido de manera desinteresada. Pero Bárbara jamás se deja engañar: conoce a la perfección las máscaras de su hermana. «No es desconfianza, es experiencia», responde fijándole la mirada. El aire entre ambas se espesa por la relación repleta (cuando no cargada) de rencores no expresados.

Rafael, en cambio, parece estar en la luna. ¿De verdad no conoce los juegos de poder que hay en torno a su compromiso? Julio lo observa con recelo. «Éste no es tan ingenuo en Valle Salvaje», piensa mientras Adriana se aleja con paso firme, como intentando escapar de una pesadilla. Pero el problema es que en este lugar las pesadillas siempre alcanzan a quien quiera escapar de ellas.


Publicidad