viernes, 13 junio 2025

‘Valle Salvaje’: ¿Sobrevivirá Raimunda a sus graves problemas de salud?

El sol se oculta tras las montañas de Valle Salvaje, pero la oscuridad que cubre sus habitantes no es la de la noche, sino que es la que cubre conflictos que están a punto de devorarlos vivos a todos. El enganche del capítulo 187 promete un terremoto emocional cuyas réplicas cambiarán la suerte del destino de todos ellos. Raimunda está luchando a muerte, el marqués afila garras y un matrimonio no esperado divide el pueblo entre la esperanza y el recelo; por su parte, Mercedes y Bernardo hacen aguas peligrosas y Adriana parece estar al borde del abismo.

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RAIMUNDA, ENTRE LA VIDA Y LA MUERTE

'Valle Salvaje': ¿Sobrevivirá Raimunda a sus graves problemas de salud?
Fuente: RTVE

La respiración de Raimunda en Valle Salvaje se convierte en un hilo cada vez más delgado, con él, la esperanza de Atanasio. La enfermedad no tiene compasión, no por esta vez habrá remedios caseros ni rezos capaces de curar. En un giro inesperado, aparece Alejo como el aliado inesperado, mostrando una madurez a la que nadie le ha otorgado un papel. Después de saber la verdad, incita a Atanasio a dejar a un lado el orgullo: «José Luis tiene en la ciudad un médico; si no actúas ahora, te perderá».

Pero la desesperación no es el único enemigo, el tiempo también es un enemigo, el tiempo corre y cada segundo de duda se vuelve a encaminar hacia un final. Atanasio encuentra un enemigo que no puede, no puede resolver con los puños y la violencia, pero ¿será capaz de humillarse ante José Luis para salvar a la mujer a la que ama? La respuesta, bien podría decidir no sólo su futuro, sino también el futuro de todo el valle.

Mientras tanto, el marqués espía desde un rincón de la cocina. Para él, la debilidad ajena es una oportunidad. Si Raimunda muere, Atanasio queda aplastado… Y Leonardo, por el contrario, se convierte en un objetivo vulnerable. En Valle Salvaje, hasta la tragedia se convierte en un arma. La noche se va comiendo a la cabaña de Raimunda como si fuera un maleficio. Los cerdos comentan; los hay que se preocupan, pero otros se sienten extrañamente fascinados.

Atanasio, por su parte, siente por primera vez en su vida el peso de la impotencia. Alejo: «No es el momento de hacer palabrerías, sino de sobrevivir». Pero José Luis es un hombre que no olvida con facilidad el daño recibido; y Atanasio lo sabe. La cuestión no es tanto si aceptará ayudar como a qué precio. En otro lugar del valle, el marqués recibe noticias de que la situación de Raimunda ha empeorado. Una sonrisa maliciosa le asoma a los labios.

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