La trama de Sueños de Libertad se va enredando como un laberinto de emociones, traiciones y confesiones que mantienen a los espectadores al borde. El capítulo 327 promete un cambio en la serie, en el que los personajes se comportan ante verdades que podrían cambiar su vida para siempre. Desde el oscuro pasado de Pedro hasta el misterio que rodea a Cristina Ricarte, cada escena está llena de tensión. Pero, ¿quién es la rectora Cristina? ¿Y qué secretos esconde Damián que podrían dar lugar a una guerra familiar?
1PEDRO AL BORDE DEL ABISMO

Don Pedro ha sido siempre un individuo que ha jugado en las sombras de Sueños de Libertad; su apariencia digna empieza a agrietarse, ya que, en el siguiente capítulo, Damián se entera de cómo Pedro tiene que ver con que Joaquín no sea el director de la fábrica y lo que es peor aún, con que Jesús esté muerto. Las cosas empiezan a apretarlo y su reacción no se hace esperar: una amenaza de Pedro contra Damián que le descubre la verdadera cara.
Digna, aunque incrédula, incrementa las maneras en que van asumiendo las acusaciones. Si las sospechas que circulaban son ciertas, no solo Pedro lo va a perder todo, sino también a los asentados en la vida de los que se rodean. Plantar cara a Damián no es solo un acto de defensa, sino que ese acto es la manera de cerrarse, es una última voluntad de poder manejar una situación que se le escapa de las manos.
La pregunta en el aire se hace evidente: ¿Damián encontrará la manera de demostrarlo, o Pedro todavía tiene una carta por jugar? Por su parte, Ángel Rojas se va, pero antes de marcharse le deja a Damián por escrito otras informaciones sobre el padre de Cristina. La fuerza de la revelación hace que Damián decida callar, repitiendo los errores de los que lo han precedido.
Pedro no es un hombre que fácilmente claudique y su molestia al entrar en casa de Damián revela que no se detendrá ante nada. ¿Silenciará a quienes amenazan su imperio o su propia hybris lo conduce a la ruina? La historia parece irremediablemente contar que los villanos caen por su propia hybris y Pedro parece ir en esta dirección.
Por otro lado, Damián tiene su propia encrucijada moral: ¿debería decir la verdad y con ello provocar un dolor irremediable o guardar el secreto y permitir que Pedro siga manipulando a los demás? El silencio que en ese momento decide, sabe que no es un adjetivo frente a su cobardía, sino una estrategia.
Él también tiene claro que en la lucha con Pedro tiene que aportar pruebas imbatibles y no meras suposiciones. El público tiene muchas ganas de que todo estalle. ¿Acabará siendo Digna quien recoja el testigo que le permita acabar con Pedro o será Irene, cuando sea consciente de su nexo con Cristina, la que lo enfrente? Queda claro que la caída de Pedro será espectacular, pero no indolora.