viernes, 13 junio 2025

‘La Promesa’: María presiona al padre Samuel hasta que este confiesa un secreto que nadie esperaba

La tensión va en aumento en La Promesa. Cada personaje tiene un secreto que, en algún momento, estallará como una bomba de relojería. El capítulo del jueves 12 de junio aparentemente llevará a una serie de giros inesperados para el público, desgarradoras revelaciones y decisiones que matizarán el futuro de la hacienda. Desde el padre Samuel, atrapado en sus propias mentiras, hasta el misterioso frasco de cianuro que vincula a varios personajes con la muerte de Jana, la trama se complica considerablemente.

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UNA CONFIRMACIÓN INESPERADA

Fuente: RTVE

María Fernández no es una mujer que se contente con sólo la segunda mitad de la verdad: su instinto le dice que el padre Samuel sabe más de lo que dice, y que está dispuesta a exigirle la verdad y, si es necesario, acorralarle desde el punto de vista moral.

El sacerdote, dividido entre la obligación y la lealtad hacia Petra, ha asegurado a los criados que no fue ella quien le dio una información al obispado, pero su renuencia a ofrecer detalles sobre la carta que se ha puesto en manos de las autoridades eclesiásticas sólo alimentan las dudas.

La presión que María ejerce sobre él llega a un límite irreversible: en un momento de debilidad, el padre Samuel pone en su punto de no retorno el silencio de su confesión, una confesión que nadie esperaba. ¿Acaso una relación oculta con Petra? ¿O un asunto más turbio de su historia que podía empañar su reputación para siempre?

El caso es que esta revelación no solo afectará su estado en la hacienda, sino que también mantendrá en equilibrio la frágil tranquilidad de los criados. Las consecuencias que esta confesión puede conllevar son totalmente impredecibles; supone en efecto que el secreto del padre Samuel esté relacionado con alguien más importante que una infame familia de hacendados, aunque podría no ser otra cosa que el obispado… O incluso la propia familia de hacendados o el escándalo podría extenderse como el fuego que enciende una fragua.

María, que es ahora en buena parte dueña de la verdad, podría decidir, finalmente, utilizar la verdad como arma o retenerla, como último recurso de la misericordia. Pero los criados, muy pronto merodeadores constantemente del pequeño poder de sus patronos, no tardarán en poner en cuestión la autoridad del sacerdote; ¿Conseguirá este recuperar su crédito de autoridad o esta confesión cristiana será lo que marque la llegada del desmantelamiento de ambos?

En última instancia, esta pugna entre María y el padre Samuel no es más que una lucha por el poder. El secreto no es un secreto, sino el control de la historia de la hacienda, porque también se entiende que en un lugar donde la información vale más que los metales preciosos, la verdad es siempre un arma cargada.

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