sábado, 14 junio 2025

Si tu iPhone se calienta mucho al cargar, estás cometiendo este error garrafal que está destruyendo tu batería

El sobrecalentamiento de un iPhone al cargarlo es una señal de alarma que muchos usuarios ignoran o normalizan, atribuyéndolo a un simple efecto secundario del proceso. Sin embargo, esa temperatura elevada que notamos al tacto es mucho más que una pequeña incomodidad. Se trata de un aviso claro y directo de que algo no va bien en la cadena de carga, una sensación que va más allá de una simple molestia, ya que es el síntoma de un problema que podría acortar drásticamente la vida útil del dispositivo, comprometiendo una inversión económica considerable. Ese calor es el enemigo silencioso de la batería, un agente corrosivo que la degrada por dentro sin que nos percatemos hasta que es demasiado tarde.

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Este fenómeno, lejos de ser un fallo inherente del terminal, suele estar directamente relacionado con nuestras propias costumbres y los accesorios que elegimos para él. En la mayoría de los casos, el origen del problema se encuentra en un error garrafal que cometemos casi a diario, a menudo motivadas por el ahorro o la estética, y que sin darnos cuenta someten a la batería a un estrés térmico para el que no está diseñada. La buena noticia es que identificar y corregir este fallo está al alcance de cualquiera, evitando así un deterioro prematuro que nos obligaría a pasar por el servicio técnico o, en el peor de los casos, a cambiar de móvil antes de tiempo.

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CRÓNICA DE UNA MUERTE ANUNCIADA: ASÍ SE DEGRADA LA BATERÍA DE TU MÓVIL

Fuente Pexels

La degradación de la batería no es un concepto abstracto; tiene consecuencias muy tangibles en el uso diario del iPhone. Un terminal sometido de forma recurrente a altas temperaturas de carga verá cómo su autonomía se desploma en cuestión de meses. Si accedes a los Ajustes, dentro del apartado «Batería» y «Salud de la batería», verás cómo el porcentaje de ‘Capacidad Máxima’ desciende a un ritmo alarmante, lo que significa que una carga completa durará cada vez menos tiempo. Una batería sana debería mantener una capacidad superior al 80% tras unos dos años de uso normal, una cifra que se reduce drásticamente si se maltrata con calor.

Además, un iPhone con una batería degradada y sobrecalentada tiende a rendir peor. El propio sistema operativo, iOS, está diseñado para proteger el hardware. Cuando detecta que la temperatura interna es peligrosamente alta o que la batería no puede suministrar la energía necesaria de forma estable, el sistema operativo puede limitar la velocidad del procesador para evitar daños mayores por el calor, dando como resultado una experiencia de usuario lenta y frustrante. Las aplicaciones tardan más en abrir, la interfaz se vuelve menos fluida y el rendimiento general decae, todo por proteger un componente que estamos dañando con nuestros malos hábitos de carga.


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