viernes, 13 junio 2025

Si tu iPhone se calienta mucho al cargar, estás cometiendo este error garrafal que está destruyendo tu batería

El sobrecalentamiento de un iPhone al cargarlo es una señal de alarma que muchos usuarios ignoran o normalizan, atribuyéndolo a un simple efecto secundario del proceso. Sin embargo, esa temperatura elevada que notamos al tacto es mucho más que una pequeña incomodidad. Se trata de un aviso claro y directo de que algo no va bien en la cadena de carga, una sensación que va más allá de una simple molestia, ya que es el síntoma de un problema que podría acortar drásticamente la vida útil del dispositivo, comprometiendo una inversión económica considerable. Ese calor es el enemigo silencioso de la batería, un agente corrosivo que la degrada por dentro sin que nos percatemos hasta que es demasiado tarde.

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Este fenómeno, lejos de ser un fallo inherente del terminal, suele estar directamente relacionado con nuestras propias costumbres y los accesorios que elegimos para él. En la mayoría de los casos, el origen del problema se encuentra en un error garrafal que cometemos casi a diario, a menudo motivadas por el ahorro o la estética, y que sin darnos cuenta someten a la batería a un estrés térmico para el que no está diseñada. La buena noticia es que identificar y corregir este fallo está al alcance de cualquiera, evitando así un deterioro prematuro que nos obligaría a pasar por el servicio técnico o, en el peor de los casos, a cambiar de móvil antes de tiempo.

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LA FUNDA QUE ‘ABRAZA’ DEMASIADO: CUANDO LA PROTECCIÓN SE CONVIERTE EN UN HORNO

Fuente Pexels

Otro culpable habitual de que tu iPhone parezca una tostadora es la propia funda protectora. Hemos asumido que una funda es un elemento imprescindible para proteger el dispositivo de golpes y arañazos, pero no todas son iguales ni se comportan de la misma manera durante la carga. El teléfono, por su propio diseño, está diseñada para disipar el calor generado durante su funcionamiento normal y la carga, y una carcasa inadecuada actúa como un abrigo en pleno agosto, impidiendo este proceso vital. Las fundas muy gruesas, fabricadas con materiales plásticos o siliconas de baja calidad y sin ningún tipo de ventilación, atrapan todo el calor generado, creando un efecto invernadero letal para la batería.

El problema se agrava cuando se combinan ambos factores: un cargador deficiente que ya de por sí genera más calor de la cuenta y una funda que impide su correcta evacuación. El diseño del iPhone contempla la evacuación del calor a través de su chasis de aluminio o acero y su trasera de cristal, pero esta ingeniería se ve completamente anulada, forzando a los componentes internos a operar a temperaturas muy por encima de las recomendadas. Es un círculo vicioso: el cargador calienta el teléfono, la funda impide que se enfríe, la temperatura interna sube y la batería sufre un daño silencioso pero constante que mermará su rendimiento de forma inevitable.


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