La vida puede dar giros inesperados, pero algunos son tan drásticos que la rompen por la mitad. El capítulo 325 de Sueños de Libertad, que se emite hoy día 10 de junio, no es solo otro episodio más de la serie española, sino un verdadero cambio de rumbo donde decisiones, mentiras y verdades ocultas estallan cargadas de una fuerza implacable. Andrés, María, Begoña y el resto de personajes deben hacer frente a unas realidades que ya no pueden ignorar.
1EL PESO DE UNA PROMESA

A veces, la culpa puede ser más poderosa que el amor en Sueños de Libertad. Andrés, destrozado por el accidente de María, recibe la comunicación más dura e hiriente: ella no volverá a caminar. El remordimiento ahoga a Andrés y, desesperadamente, decide acabar con su relación con Begoña. No se trata ya de una cuestión de responsabilidad, sino de redención.
María, que se encuentra en un mundo de la negación y el dolor, recibe entonces su visita en el hospital. La frialdad con la que se despliega ante Gema, que intenta consolarla, contrasta directamente con la vulnerabilidad que demuestra frente a Andrés. Este, angustiado, le formula una promesa que cambiará para siempre la vida de ambos: no la abandonará. ¿Es amor, culpa o simplemente incapacidad de enfrentarse a las consecuencias de sus actos?
Por otro lado, Begoña vive su propio infierno. No solo tiene que lidiar con una posible separación, sino que debe blindarla de su pequeña Julia de la cruda y rápida realidad. La escena en que se lo explica a la pequeña Julia es al mismo tiempo desgarradora, pues cada palabra parece que pesara como una losa. ¿Cómo se reconstruye una familia cuando esta aparece dañada?
La reacción de Luz, la médica que da el diagnóstico, aporta otra capa de dramatismo: profesionalmente correcto, aunque impotente por no poder ofrecer esperanzas. En sus ojos está reflejada la frustración de quien tiene que entregar pautas de lo irreversible, al tiempo que María se aferra al milagro de la esperanza que nunca se produciría.
Andrés, al prometer a María que se quedará junto a ella, está marcando su final. Pero esa promesa hecha desde la culpa rara vez sería la promesa de la felicidad. Begoña, aunque herida, muestra una entereza inesperada. ¿Será capaz de ir por la vida sin él, o esa herida la lleva a tomar el camino de las decisiones drásticas?