martes, 10 junio 2025

Godó: poder y periodismo con el tornillo en Barcelona y un ojo en Madrid

La tormenta política desatada en España no evita que el Grupo Godó haya vuelto a situarse en una posición privilegiada en el Estado. La familia editora de La Vanguardia y propietaria de la influyente emisora RAC1 ha logrado no solo consolidar su papel como referente mediático en Cataluña, sino también reforzar sus lazos con los centros de poder estatales.

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La figura de Javier de Godó, conde de Godó, ha cobrado nuevo protagonismo al ser ascendido recientemente a la vicepresidencia de Criteria Caixa, el holding inversor controlado por la Fundación La Caixa. Este movimiento no solo refleja confianza empresarial, sino también una apuesta estratégica del establishment financiero por el perfil pragmático del editor catalán.

En un momento en que la política nacional se mueve entre la polarización y la fragmentación, Godó representa un viejo modelo de poder silencioso, capaz de adaptarse a casi todos los contextos sin perder influencia.

LA VANGUARDIA

Desde su fundación en 1881, La Vanguardia ha sido mucho más que un periódico: ha sido una institución, un actor político camuflado de diario y un barómetro de los cambios de ciclo en Cataluña y en España. A lo largo de más de 140 años, la cabecera ha navegado con solvencia por los regímenes liberales, la dictadura franquista, la restauración democrática, el pujolismo, el felipismo, el aznarismo y los años del procés.

Su capacidad para mantenerse cerca del poder, sin perder del todo un poso crítico, ha sido una constante. Y si bien durante los años más intensos del independentismo el diario flirteó con determinadas tesis soberanistas, en la última década ha cambiado el rumbo hacia una línea más federalista, institucional y próxima a la gobernabilidad del Estado.

La llegada de Jordi Juan a la dirección, en 2020, marcó un nuevo punto de inflexión. Sustituyó a Màrius Carol, quien ya había iniciado un viraje editorial con el fichaje de colaboradores alejados del procés. Juan, con un perfil más técnico y digital, ha sabido reconectar con una audiencia más amplia, modernizar la oferta informativa y reposicionar el periódico como una voz influyente tanto en Barcelona como en Madrid.

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Portada de La Vanguardia de este pasado domingo.

Lo hace a pesar de infectos publirreportajes como el que le regaló este domingo a Iñaki Urdangarin, que utilizó a niños con discapacidad para robar dinero (su socio y él no donaron ni 10.000 euros de los más de 600.000 que obtuvieron con el supuesto fin de ayudar) y ahora presume de valores y vende consejos vitales.

RAC1

Uno de los grandes activos del grupo es RAC1, la emisora que celebra en 2025 su 25º aniversario en plena forma. Según la última oleada del EGM, RAC1 ha superado el millón de oyentes diarios, consolidándose como la emisora líder en Cataluña y una referencia insoslayable en el ámbito de la radio en catalán.

El éxito se explica por su mezcla de entretenimiento, información ágil y cercanía territorial. Programas como ‘El món a RAC1’ no solo han fidelizado a grandes audiencias, sino que han logrado ser influyentes sin necesidad de estridencias ideológicas. En este contexto, destaca la reciente renovación del popular Marc Giró, que ha rechazado una suculenta oferta de Attresmedia para seguir en RTVE y la radio de Godó con ‘Vostè primer’.

PSOE

El ascenso de Javier de Godó dentro de Criteria Caixa, en sustitución del jurista Juan José López Burniol, tiene una lectura que va más allá del organigrama empresarial. Es también el reflejo de una reconciliación con Madrid, iniciada en 2018 y consolidada tras el retorno del PSOE al poder con Pedro Sánchez.

La promoción de Godó a la vicepresidencia fortalece esa conexión entre el poder mediático y el financiero. Desde sus orígenes como empresarios liberales de Igualada, los Godó han hecho del poder una constante.

Carlos Godó Pié fue político liberal; su hijo Ramón, conde por gracia de Alfonso XIII, dio continuidad a esa influencia. Su nieto, Carlos Godó Valls, sobrevivió al franquismo e incluso fue cinco veces procurador en Cortes. Más tarde, logró desplazar al director impuesto desde Madrid y poner en su lugar al abuelo de José María Aznar, Manuel Aznar.

Con la llegada de la democracia, los Godó supieron aliarse con el pujolismo, el felipismo y la monarquía. Y con la irrupción del procés, tantearon una línea editorial más catalanista que posteriormente moderaron por el mismo motivo que el anterior: negocio.

SITUACIÓN

Aunque las cifras no fueron espectaculares, el Grupo Godó cerró 2023 con beneficios de explotación de 495.510 euros, tras haber perdido más de cinco millones el año anterior. Los ingresos alcanzaron los 170,5 millones, un 32% más que en 2022, lo que permitió recuperar niveles prepandemia.

Estas cifras muestran una empresa que, pese a los desafíos del entorno mediático, sigue siendo rentable y relevante. Pero el verdadero valor del Grupo Godó no está solo en sus balances, sino en su capacidad para estar, como siempre, en el centro del poder.


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