La vida de Bahar en Renacer jamás podrá recuperar su esencia, sin más. Bajo esta premisa, Renacer se ha transformado en una de las más impactantes series de televisión, una historia donde amor, traición y redención se enredan. Lo que empezó como una lucha por sobrevivir se ha transformado en un viaje de autoconocimiento que desafía a todos y cada uno de los personajes. En el capítulo final, los secretos son revelados, los lazos se rompen y las relaciones se encuentran expuestas a un cambio permanente.
1LA CONFESIÓN QUE LO CAMBIÓ TODO

«La verdad no libera, sino que ata con cadenas más pesadas.» Evren, que siempre ha tenido la sensación de estar controlando todos los aspectos de su vida en Renacer, ahora mismo está atrapado en su propia red de mentiras. Su adicción no es solamente un secreto médico, sino una losa moral, con lo que aplasta de la manera más cruel sus relaciones. La operación, la muy deseada operación que Bahar logró a duras penas, debería suponer un renacer, un renacer que, sin embargo, para él es un condena. «¿Cómo puedo mirarla a los ojos sabiendo que mi salvación ha sido construida sobre otra mentira?» se pregunta en sus momentos más oscuros.
Cem, por su parte, está atravesando una crisis de identidad por el mismo motivo. Siempre había visto a su hermano como un modelo a seguir, pero ahora se pregunta de todo. «Si Evren no dijo esto, ¿qué más me ha ocultado?», se pregunta mientras repasa su conversación, su gesto para buscar nuevas mentiras en la misma. La traición no hiere por la sangre utilizada, sino por el hecho de dar fe de la fragilidad de su héroe. Y lo peor es que no puede comentar esto con nadie.
Bahar, sin percatarse del remolino emocional que embarga a sus hermanos, solo aprecia a un Evren inmensamente agradecido, pero a la vez lejano. Ella atribuye el distanciamiento a ser afligido por el miedo a la intervención o la inseguridad ante su recuperación. «Ignora que lo que a mí realmente me distancia de ella es el peso de mi culpa», evoca Evren mientras da rienda suelta a sus pensamientos al mirarla desde lejanía. Lo que empezó como amor, ahora no es más que un puro y frío engaño, y aunque la pregunta que surca el aire es imposible de eludir: ¿puede una relación sobrevivir cuando fue construida sobre cimientos roídos?