La lavadora, ese electrodoméstico fundamental en cualquier hogar español, puede convertirse con el tiempo en una fuente inesperada de malos olores que impregnan no solo el aparato, sino también nuestra ropa recién lavada. Este problema, más común de lo que se piensa, suele generar frustración y la búsqueda de soluciones rápidas que no siempre atacan la raíz del asunto. Sin embargo, la clave para desterrar esos hedores desagradables reside en un mantenimiento específico que, por desgracia, muchos usuarios olvidan o desconocen por completo, transformando un aliado de la limpieza en un pequeño foco de contaminación olfativa.
Lejos de ser una avería grave o un fallo irreparable, el origen del problema suele ser más mundano y estar relacionado con la acumulación de residuos y la proliferación de microorganismos en zonas ocultas del aparato. Afortunadamente, con unos sencillos gestos preventivos y una limpieza periódica de ciertos componentes, podemos devolverle a nuestra lavadora su frescura original y asegurar que nuestra colada salga siempre impecable y con buen aroma. Descubrir estos pasos es esencial para prolongar la vida útil del electrodoméstico y disfrutar de sus prestaciones al máximo.
5MÁS ALLÁ DEL OLOR: PREVENIR ES CURAR (Y AHORRAR)

Este mantenimiento clave, que incluye la limpieza regular del filtro de la bomba, el cajetín del detergente y la ejecución de un lavado de mantenimiento en vacío, no debería ser una acción puntual que realizamos solo cuando el mal olor ya es insoportable. Al contrario, sino una rutina incorporada a nuestros hábitos domésticos, idealmente una vez al mes o cada dos meses, dependiendo del uso que le demos a nuestra lavadora y de la dureza del agua de nuestra zona.
Al mantener nuestra lavadora en óptimas condiciones siguiendo estos sencillos consejos, no solo eliminaremos y prevendremos eficazmente el mal olor, sino que también aseguraremos una colada más higiénica y fresca, prolongaremos significativamente la vida útil del electrodoméstico y evitaremos posibles averías costosas derivadas de la obstrucción o el deterioro de sus componentes por falta de cuidado. Una lavadora limpia es sinónimo de ropa limpia y un hogar más saludable.