La lavadora, ese electrodoméstico fundamental en cualquier hogar español, puede convertirse con el tiempo en una fuente inesperada de malos olores que impregnan no solo el aparato, sino también nuestra ropa recién lavada. Este problema, más común de lo que se piensa, suele generar frustración y la búsqueda de soluciones rápidas que no siempre atacan la raíz del asunto. Sin embargo, la clave para desterrar esos hedores desagradables reside en un mantenimiento específico que, por desgracia, muchos usuarios olvidan o desconocen por completo, transformando un aliado de la limpieza en un pequeño foco de contaminación olfativa.
Lejos de ser una avería grave o un fallo irreparable, el origen del problema suele ser más mundano y estar relacionado con la acumulación de residuos y la proliferación de microorganismos en zonas ocultas del aparato. Afortunadamente, con unos sencillos gestos preventivos y una limpieza periódica de ciertos componentes, podemos devolverle a nuestra lavadora su frescura original y asegurar que nuestra colada salga siempre impecable y con buen aroma. Descubrir estos pasos es esencial para prolongar la vida útil del electrodoméstico y disfrutar de sus prestaciones al máximo.
4EL LAVADO DE MANTENIMIENTO: UN ‘SPA’ PARA TU LAVADORA

Una vez limpios el filtro y el cajetín, el siguiente paso crucial es realizar un lavado de mantenimiento en vacío, es decir, sin ropa dentro del tambor. Este procedimiento, que muchos desconocen o no practican con la frecuencia adecuada, un ciclo de limpieza profunda que purgará el interior del tambor y los conductos internos de la lavadora de cualquier residuo de jabón, cal o microorganismos que hayan podido quedar adheridos.
Para ello, se puede utilizar un producto específico limpiador de lavadoras o recurrir a remedios caseros efectivos y económicos como el vinagre blanco de limpieza o el bicarbonato de sodio. Se recomienda añadir una buena cantidad de vinagre (unos 250 ml) o un par de cucharadas de bicarbonato directamente en el tambor o en el cajetín del detergente, y seleccionar un programa largo con agua caliente (al menos a 60ºC), para asegurar una desinfección y limpieza profunda de todos los componentes internos de la lavadora.