sábado, 7 junio 2025

Tú puedes bajar tu factura de la luz este verano sin morir de calor: el consejo que nadie te contó

El verano ya asoma en el calendario y, con él, la eterna preocupación por cómo mantener la casa fresca sin que la factura de la luz se dispare hasta la estratosfera. Muchos creen que resignarse a pasar calor o a pagar un dineral son las únicas opciones, pero la realidad es que existen estrategias inteligentes, a menudo pasadas por alto, que pueden marcar una diferencia sustancial. No se trata de magia, sino de aplicar un poco de sentido común y conocer algunos trucos que los expertos llevan tiempo recomendando, pero que no siempre llegan al gran público con la claridad necesaria.

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La búsqueda de ese confort térmico durante los meses estivales no tiene por qué convertirse en una sangría económica, y es posible disfrutar de un ambiente agradable en el hogar sin llevarse las manos a la cabeza al ver el recibo eléctrico. Lejos de soluciones complejas o inversiones desorbitadas, los consejos más efectivos suelen ser los más sencillos, aquellos que combinan la eficiencia energética con un uso racional de los aparatos de climatización. Este verano, prepárate para descubrir cómo cambiar el panorama.

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AIRE ACONDICIONADO: ¿A QUÉ TEMPERATURA PONERLO PARA NO ARRUINARTE ESTE VERANO?

Fuente Pexels

Uno de los mitos más extendidos es que poner el aire acondicionado a una temperatura muy baja enfriará la estancia más rápidamente. Sin embargo, esto no solo es incorrecto, sino que además dispara el consumo energético de manera innecesaria. Los expertos y los organismos oficiales coinciden en que la temperatura ideal para el aire acondicionado en verano se sitúa entre los 24 y 26 grados centígrados, un rango que proporciona una sensación de confort térmico adecuada sin forzar en exceso el compresor del aparato. Cada grado que bajamos por debajo de esta franja puede suponer un aumento del consumo de hasta un 8%.

Mantener el termostato en esta horquilla no solo es beneficioso para el bolsillo, sino también para la salud, ya que evita los cambios bruscos de temperatura que pueden provocar resfriados o problemas musculares. Además, un ambiente excesivamente frío puede resultar incluso incómodo para muchas personas, por lo que encontrar ese equilibrio es fundamental. Ajustar el aparato a 25 grados, por ejemplo, puede ser el punto de partida perfecto para disfrutar de un verano fresco y económico en casa.


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