En el fondo de La Promesa, el rito del bautismo de los mellizos se ha convertido en el corazón de la tormenta emocional que puede hacer añicos los pírricos y frágiles logros del palacio. Prácticamente, lo que debía ser una celebración feliz ha acabado convirtiéndose en un campo de batalla silencioso en el que se empieza a poner en duda la lealtad de los unos a los otros, y las diferentes máscaras que llevan los personajes han empezado a resquebrajarse.
Eugenia ha sido expulsada de este evento imprevisto por su manera caprichosa de comportarse, haciéndose cada vez más presente una decisión drástica que tiene que ver con la creciente desesperación de los Luján por retener el control. Las tensiones entre los personajes se han convertido en insostenibles y los personajes hacen aflorar heridas imposibles de curar.
3AMOR Y DESENCUENTROS EN LA PROMESA

Jacobo y Martina navegan en mares bravos y ya no parece vislumbrarse la promesa de lo que les aguarda. La escaramuza entre ellos se refuerza, cada vez más reiterada. Jacobo empieza a dudar de si hay futuro en esa unión. ¿Es amor o es obligación?, ya que la respuesta de esto tal vez resulta ser la que demarcará no solo el destino de una pareja, sino también todos los enlaces de los que se ven rodeados por las familias.
Para tratar de mantener a flote el barco de su naufragio, Martina sugiere irse de viaje después del bautizo, más Jacobo contesta no afirmar ni negarlo todo, sino que ejecuta un «no es el momento», sabiendo que el verdadero conflicto es mucho más grande. Mientras ella se aferra a la fe con la esperanza de que pueda ser un remiendo de retorno a lo palpitante de los días, él ya ha decidido inventar su cena en el plato de los fantasmas de hace tanto tiempo.
Por otra parte, Rómulo y Emilia encuentran en el otro un refugio, una hermosa amistad que es, a la vegada, una luz en medio de la tormenta. Sus instantes de complicidad contrastan con las riñas y desconfianzas que dominan el palacio. En el mundo de los secretos, su relación se hace aparentemente auténtica, casi pura. Durante los ensayos y preparativos para el bautizo, Rómulo sorprende a Emilia con un pequeño gesto: un libro de poemas que ella había expresado querer leer.
El gesto es pequeño, pero especialmente importante; hace sonreír a Emilia por vez primera en varias semanas. En contraposición a las amistades interesadas, la suya se fortalece en los pequeños detalles, en las miradas y en la ausencia de pretensiones. Pero La Promesa es el medio que crea las relaciones de amistad, y hasta la más pura de ellas queda expuesta al escrutinio de los rumores.