La forma en que te despiertas por la mañana puede marcar la diferencia entre un día eficiente y uno lleno de frustraciones. Si presionas varias veces el botón de repetición o te levantas con la cabeza aún aturdida, el resto de la jornada se convierte en un reto. Para evitarlo, es fundamental establecer hábitos que faciliten el despertar con energía y claridad mental.
En este artículo descubrirás qué prácticas debes evitar al despertar para no arruinar tu productividad, tu ánimo y tu salud. Cada gesto cuenta: desde la exposición a la luz hasta el tiempo frente a la pantalla. Toma nota para que tu despertar se convierta en el mejor momento del día y puedas aprovechar al máximo cada hora que sigue.
8Olvidar la exposición al aire libre disminuye el rendimiento

Salir al exterior tras despertar te ofrece un doble beneficio: obtienes luz natural y oxígeno que revitalizan tu sistema neurológico. Caminar unos pasos al aire libre o asomarte a la ventana mejora la oxigenación cerebral y prepara tu cuerpo para la jornada.
Si en lugar de esto te quedas encerrado, la falta de ventilación y el aire viciado de la habitación mantienen tu ritmo circadiano desajustado. La exposición temprana al aire fresco tras el despertar incrementa tu estado de alerta y favorece la creatividad y la motivación desde los primeros minutos.