La forma en que te despiertas por la mañana puede marcar la diferencia entre un día eficiente y uno lleno de frustraciones. Si presionas varias veces el botón de repetición o te levantas con la cabeza aún aturdida, el resto de la jornada se convierte en un reto. Para evitarlo, es fundamental establecer hábitos que faciliten el despertar con energía y claridad mental.
En este artículo descubrirás qué prácticas debes evitar al despertar para no arruinar tu productividad, tu ánimo y tu salud. Cada gesto cuenta: desde la exposición a la luz hasta el tiempo frente a la pantalla. Toma nota para que tu despertar se convierta en el mejor momento del día y puedas aprovechar al máximo cada hora que sigue.
1Levantarte a destiempo desincroniza el ritmo interno

Cuando tu cuerpo no sabe a qué hora va a despertar, los ritmos circadianos se ven alterados. Estos relojes internos regulan el sueño, el hambre y la temperatura corporal, por lo que despertar sin un horario fijo genera un estado de confusión interna.
Al no respetar un horario constante para el despertar, tu metabolismo se desajusta y tu apetito fluctúa a destiempo. La consecuencia puede ser ansiedad sin razón aparente y dificultad para conciliar el sueño la noche siguiente. Mantener un tiempo de despertar estable te permite regular hormonas como melatonina y cortisol, favoreciendo un rendimiento óptimo.