El pasado sábado 31 de mayo se vivió una jornada especialmente emotiva para los miembros más fieles del clan Mohedano. La localidad gaditana de Chipiona, cuna de Rocío Jurado, volvió a convertirse en el punto de encuentro de parte de su familia, que un año más se dio cita para rendir homenaje a la artista en el aniversario de su muerte. Ya han pasado 19 años desde que ‘la más grande’ falleció, pero su recuerdo sigue más vivo que nunca entre aquellos que la amaron. Entre los asistentes destacó la presencia de Rocío Flores, visiblemente afectada por el momento y por una noticia dolorosa relacionada con su madre, Rocío Carrasco, cuya ausencia volvió a marcar la jornada.
1El homenaje a Rocío Jurado

La hija de Antonio David Flores se desplazó desde Málaga, ciudad en la que reside, para acompañar a los suyos en este día señalado. Lo hizo acompañada de su hermano David y arropada por otras figuras del entorno familiar que mantienen viva la tradición. A lo largo de la jornada, se sucedieron diferentes actos conmemorativos que comenzaron con una misa en el Santuario de la Virgen de Regla y continuaron con una emotiva visita al cementerio Municipal de San José, donde descansan los restos de la cantante. Más tarde, los familiares se reunieron para compartir un almuerzo en un chiringuito cercano a la playa, un momento más distendido que, sin embargo, no mitigó la carga emocional del día.
Fue precisamente en el camposanto donde Rocío Flores no pudo contener las lágrimas. La joven de 28 años se mostró profundamente emocionada ante la tumba de su abuela, y su llanto no tardó en convertirse en uno de los momentos más comentados del homenaje. En un instante de especial recogimiento, se apoyó en su hermano David, que no se separó de ella en ningún momento. Ambos compartieron un abrazo ante la lápida, un gesto que evidenció la unión entre los nietos de Rocío Jurado, quienes han construido su vínculo lejos del foco mediático y a pesar de los conflictos familiares que han marcado sus vidas.
El homenaje sirvió también para que otras figuras cercanas a la artista se reencontraran. José Ortega Cano acudió junto a su hija Gloria Camila, su hijo pequeño José María, y su hermana Mari Carmen. También estuvieron presentes Gloria Mohedano, hermana de la cantante, y su marido José Antonio Rodríguez. Todos ellos participaron de los actos religiosos y del posterior encuentro familiar. Ortega Cano, muy conmovido, apenas pudo pronunciar palabra cuando la prensa le preguntó por sus impresiones del día. “Muy bonito”, fue todo lo que acertó a decir, visiblemente afectado por los recuerdos.