La televisión pública retoma nuevamente las piezas del ajedrez de su tarde con La Promesa, aunque en esta ocasión el cambio no sea solo estratégico, sino que se haya transformado en cuestión de supervivencia. La muerte de Andrés, un bebé de La Promesa, ha desatado el pánico entre los personajes que habitan el Palacio de los Mendoza, pero también ha acelerado una crisis de audiencia.
Debido a esta situación, TVE se ve obligada a reconfigurar una vez más su programación en poco más de dos semanas. Las tardes de La 1 volverán a girar a partir del 2 de junio alrededor de sus series exitosas, dejando atrás el fallido invento de La Familia de la Tele.
1UN BEBÉ DESAPARECIDO

La desaparición de Andrés en La Promesa no es sólo un giro narrativo, sino que también produce una reestructuración en la grilla; el último capítulo de La Promesa puso a millones de espectadores con un nudo en el estómago por la sorpresa del pequeño, hijo de Jana y Cruz, secuestrado por una figura enigmática.
Las redes sociales lo convirtieron rápidamente en trending topic a través del hashtag #DóndeEstáAndrés. Pero la tensión de los acontecimientos en la pantalla no llegó a verse reflejada en los índices de audiencia. TVE, conscientes de que el público no termina de conectar con La Familia de la Tele, corta el programa y lo devuelve a sus series. «El magacín se creó en buenas intenciones, pero no se logró estructurar como un producto atractivo para las tardes», afirman fuentes internas.
Y así, La Promesa recupera minutos y estrena El club de La Promesa, programa de debate que pretende aprovecharse de la pasión de sus fans. La estrategia es diáfana: si la audiencia no va al programa, el programa irá a la audiencia. Mientras el enigma del bebé desaparecido mantiene en vilo a las pantallas, TVE intenta no perder el tren de una trama que, al menos en redes sociales, se mantiene como imbatible.