Cuando pensamos en los factores que determinan el éxito de las empresas, solemos hablar de las ventas, la productividad, la innovación o incluso del liderazgo. Pero hay un elemento que se mantiene oculto a simple vista, aunque tiene un impacto directo en cada uno de esos pilares: la reputación corporativa de las empresas.
Y sí, aunque suene a algo abstracto, lo cierto es que una buena reputación puede hacer despegar un negocio… y una mala, hundirlo sin que nadie lo vea venir. En pleno 2025, la reputación no es solo una moda pasajera o un detalle de relaciones públicas. Es un activo intangible fundamental, que afecta a cómo te ven tus clientes, tus empleados, tus inversores y toda la sociedad.
8¿Y cuáles son los grandes enemigos de la reputación de las empresas?

No todo es positivo en este camino. Existen amenazas que, si no se gestionan a tiempo, pueden poner en jaque la reputación de cualquier empresa, por muy sólida que parezca.
- El greenwashing: prometer compromisos sostenibles sin acciones reales es un error muy común. Hoy, los consumidores están más informados y detectan rápido los intentos de «lavado verde».
- Las crisis de comunicación: desde una mala atención al cliente en redes hasta un escándalo público. La rapidez con la que se responde y la transparencia son clave para no perder credibilidad.
- La falta de coherencia: si una empresa predica unos valores y actúa de forma contraria, la confianza se rompe, y recuperarla no es tarea fácil.