El ciclo exprés del lavavajillas suena como una herramienta infalible para sacar platos limpios en un santiamén, pero su uso habitual puede convertirse en una trampa. Muchos hogares recurren a este programa para ahorrar tiempo, sin considerar los efectos acumulativos sobre la vajilla y el propio electrodoméstico.
Los platos, vasos y cubiertos parecen relucientes al principio, pero pronto surgen manchas persistentes y residuos difíciles de eliminar. Si haciéndolo con frecuencia usas la ciclo exprés del lavavajillas, acabarás repitiendo lavados a mano y sometiendo los componentes internos a un estrés continuo.
5Impacto en la duración de la vajilla

Cuando seleccionas el ciclo exprés del lavavajillas como tu opción predeterminada, los platos y cristalería sufren más agresión de la necesaria. Las altas presiones de agua y el deterso insuficiente erosionan esmaltes, generan microarañazos y vuelven los cubiertos opacos con el paso del tiempo.
Este desgaste se acelera con cada lavado rápido. Los microdaños se acumulan y minan la resistencia de la porcelana y la suavidad de la loza. Por eso, el ciclo exprés del lavavajillas termina destruyendo la vajilla antes incluso de que puedas disfrutarla con normalidad.