El ciclo exprés del lavavajillas suena como una herramienta infalible para sacar platos limpios en un santiamén, pero su uso habitual puede convertirse en una trampa. Muchos hogares recurren a este programa para ahorrar tiempo, sin considerar los efectos acumulativos sobre la vajilla y el propio electrodoméstico.
Los platos, vasos y cubiertos parecen relucientes al principio, pero pronto surgen manchas persistentes y residuos difíciles de eliminar. Si haciéndolo con frecuencia usas la ciclo exprés del lavavajillas, acabarás repitiendo lavados a mano y sometiendo los componentes internos a un estrés continuo.
4Desgaste acelerado de componentes internos

Los componentes mecánicos del lavavajillas no están diseñados para cambios de temperatura bruscos tan frecuentes como los que impone el ciclo exprés del lavavajillas cuando se usa a diario. Cada arranque exprés obliga a la bomba y al motor a someterse a ciclos de trabajo intensos en segundos.
Ese desgaste invisible va degradando los elementos internos del electrodoméstico, provocando fallos prematuros en resistencias y bombas. Así, lo que parecía un modo cómodo para limpiar rápido, acaba acortando notablemente la vida útil del lavavajillas.