El ciclo exprés del lavavajillas suena como una herramienta infalible para sacar platos limpios en un santiamén, pero su uso habitual puede convertirse en una trampa. Muchos hogares recurren a este programa para ahorrar tiempo, sin considerar los efectos acumulativos sobre la vajilla y el propio electrodoméstico.
Los platos, vasos y cubiertos parecen relucientes al principio, pero pronto surgen manchas persistentes y residuos difíciles de eliminar. Si haciéndolo con frecuencia usas la ciclo exprés del lavavajillas, acabarás repitiendo lavados a mano y sometiendo los componentes internos a un estrés continuo.
3Cargas completas y eficiencia comprometida

Cuando llenas el lavavajillas antes de usar el ciclo exprés del lavavajillas, su impacto en la limpieza disminuye drásticamente. Los chorros de agua caliente no alcanzan todos los rincones y la suciedad se concentra en zonas mal llegadas, por lo que resulta casi inevitable repetir el lavado.
Si optas por un uso parcial y pones muy pocas piezas, malgastas agua y energía. De este modo, la eficiencia desaparece y cualquiera de los recursos que ahorras al elegir un lavado rápido se malgasta. Con el ciclo exprés del lavavajillas no hay espacio para medias tintas…