En verano, la ocu advierte que la sandía partida en el supermercado puede convertirse en un riesgo para la salud. Su conveniencia para consumirla al instante se contrarresta con la posibilidad de que la fruta permanezca a temperatura ambiente, facilitando el crecimiento de bacterias nocivas.
Aunque resulte cómodo elegir la sandía ya cortada, la ocu subraya que la falta de refrigeración adecuada reduce la frescura y las propiedades nutritivas. Lo que parecía un refrigerio seguro puede convertirse en un caldo de cultivo para microorganismos, y eso explica por qué muchos compradores podrían estar tirando su dinero y comprometiendo su bienestar…
1Riesgos de comprar sandía ya cortada

La ocu ha detectado que gran parte de las sandías partidas se expone sin nevera a altas temperaturas, favoreciendo el desarrollo de bacterias como la salmonela o E. coli. Esto sucede porque la superficie húmeda y azucarada de la pulpa es un entorno ideal para estos patógenos.
Cuando la sandía no se guarda en frío, se descompone más rápido y pierde su valor nutricional. La ocu advierte que consumir esa fruta expuesta implica un riesgo tangible de intoxicación alimentaria, manifestándose en náuseas, vómitos o diarreas, especialmente en personas vulnerables como niños y ancianos.