Casi dos décadas después del fallecimiento de Rocío Jurado, su familia más cercana se ha dado cita en Chipiona para rendirle homenaje en una jornada cargada de emociones. El 31 de mayo, el Santuario de la Virgen de Regla ha vuelto a ser el escenario donde se ha celebrado la tradicional misa en recuerdo a «La más grande», que este año ha estado marcada por una ausencia notable: la de Rocío Carrasco, que no ha acudido a la cita. Quien tampoco ha podido estar presente en la ceremonia religiosa, aunque sí en la comida familiar posterior, ha sido su tío Amador Mohedano, convaleciente por un problema de espalda. Sin embargo, el exrepresentante de la artista ha dejado claro, con una sola frase, el abismo insalvable que le separa de su sobrina.
1Un mensaje demoledor

En una conexión en directo con el programa Fiesta, Amador se ha mostrado visiblemente emocionado por compartir este día con aquellos que, asegura, siempre han estado unidos por el cariño y el recuerdo de su hermana. “Estoy feliz aquí con mi familia, todos reunidos, haciendo un año más el homenaje que le hacemos a nuestra Rocío. Un día feliz, de comilona y de premios”, explicó ante las cámaras. Pero fue una afirmación concreta la que generó un fuerte impacto entre los espectadores y que ha sido interpretada por muchos como una alusión directa y devastadora a Rocío Carrasco: “Nos entendemos, nos queremos, no queremos perder nunca ese lazo de familiaridad que tenemos todos”. Unas palabras que, aunque pronunciadas sin estridencias, han calado profundamente por lo que implican.
Amador Mohedano no necesitó mencionar a Rocío Carrasco para que su mensaje fuera evidente. En un día dedicado al recuerdo y al amor familiar, subrayar la unión de “todos” y la voluntad de no perder “ese lazo de familiaridad” es, en sí mismo, una declaración cargada de intenciones. La frase, que en apariencia solo expresa orgullo y afecto, se convierte en una contundente exclusión para quien hace años cortó toda relación con la familia Mohedano. En su reaparición pública para recordar a su hermana, Amador ha querido dejar claro que para él, la familia que importa es la que se mantiene unida y presente, sin rencores ni distancias.
El contraste con Rocío Carrasco, que desde hace años no participa en los actos públicos en memoria de su madre junto al resto de sus familiares, es inevitable. Mientras Amador hablaba de “llorar dos veces” por la emoción del reencuentro y de sentirse “orgulloso” de los suyos, el nombre de su sobrina no se mencionó en ningún momento, como si no formara parte de ese núcleo que él considera familiar. Esa omisión voluntaria, junto con el énfasis en la armonía y el afecto compartido entre los presentes, deja fuera de forma tajante a Rocío Carrasco, sin necesidad de más explicaciones.