Cuando colocas esa botella de zumo entre la despensa y la nevera, puede parecer que has hecho una compra saludable sin más. Sin embargo, la ocu advierte que muchos productos de esta categoría apenas aportan lo que prometen y pueden resultar un gasto innecesario. Leer la etiqueta se convierte en un paso esencial para no malgastar tu dinero.
Los supermercados ofrecen un abanico cada vez más amplio de opciones, desde néctares hasta combinados de leche y fruta. La ocu ha analizado más de ciento treinta referencias y ha descubierto que el 80 % de esos zumos no son recomendables nutricionalmente. Aprender a distinguirlos evitará que termines comprando un zumo con escasa proporción de fruta y cargado de aditivos.
1El engaño de las etiquetas llamativas

Muchos envases presentan imágenes de frutas frescas rebosantes de jugo, pero la realidad puede estar bastante alejada de esa impresión. La ocu señala que esas ilustraciones funcionan como un señuelo que oculta ingredientes poco saludables.
Para no caer en la trampa, debes acostumbrarte a analizar la lista de ingredientes: si el azúcar o los jarabes aparecen como primeros componentes, sabrás qué ese zumo no cumple su misión nutricional. Ignorar este paso implica llevarte a casa un producto con escasa proporción de fruta y excesivos aditivos.