viernes, 6 junio 2025

Crisis en ‘Supervivientes’ por culpa de Pelayo Díaz: el estilista ha tomado una decisión gorda

La recta final de Supervivientes 2025 se complica más de lo esperado y, esta semana, ha estallado una inesperada tormenta que tiene a Pelayo Díaz como protagonista absoluto. En una gala marcada por la emoción tras la marcha de Carmen Alcayde, el estilista se ha convertido en el foco de todas las miradas al hacer uso de su privilegio como líder de una forma que nadie anticipaba. Su decisión ha desatado una oleada de comentarios, tensiones en el grupo y una lista de nominados que ha generado más indignación que nunca, sembrando una crisis interna en el reality más extremo de Telecinco.

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La decisión de Pelayo Díaz

Con cuatro nominados en la palestra y el ambiente más caldeado que nunca, será la audiencia la que tenga la última palabra. Las votaciones ya están abiertas y, como ha ocurrido en anteriores ocasiones, podrían dar una nueva vuelta de tuerca a una edición que se ha caracterizado por sus constantes sorpresas. En la última gala, Anita fue la primera salvada por el público, mientras que Montoya se impuso claramente a Carmen Alcayde. El apoyo que ambos siguen recibiendo desde casa contrasta con el rechazo que parecen cosechar entre sus compañeros, lo que alimenta una narrativa de resistencia que muchos espectadores están dispuestos a premiar.

Pelayo, por su parte, se enfrenta a la incómoda posibilidad de haber quemado un puente importante con su nominación. Si su señalado sobrevive a la expulsión y regresa reforzado, el estilista podría convertirse en el próximo objetivo de los que buscan ajustar cuentas. En Supervivientes, la memoria es corta cuando conviene, pero también puede ser implacable cuando se siente traición. Esta gala ha demostrado que el liderazgo es tanto una ventaja como una trampa, y que a las puertas de la final no hay margen para errores estratégicos.

La crisis interna generada por esta última gala confirma que Supervivientes 2025 ha entrado en su tramo más intenso. Las emociones están a flor de piel, las alianzas se tambalean y el más mínimo gesto puede cambiar el rumbo del juego. Pelayo Díaz ha tomado una decisión que ha marcado un antes y un después, y ahora está por ver si el riesgo asumido lo fortalece o lo condena en la próxima vuelta del concurso.

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