La bandeja de entrada del correo electrónico o la carpeta de mensajes del móvil se han convertido en un campo de batalla silencioso donde la confianza del ciudadano medio es el principal objetivo de los ciberdelincuentes. Llegan a diario, camuflados entre notificaciones legítimas y publicidad, intentando colarnos un gol por la escuadra aprovechando un despiste o una preocupación; el último y más persistente de estos ataques se viste con los colores de una empresa que todos conocemos y utilizamos, buscando ganarse nuestra credulidad con un pretexto que suena, en principio, plausible, una estafa que explota la familiaridad que tenemos con servicios esenciales como los que ofrece Correos. Pocas cosas generan tanta inquietud como un aviso sobre un paquete que podría estar en tránsito, especialmente si no esperamos nada, activando una curiosidad o una leve preocupación que los timadores saben explotar con maestría para llevarnos a su terreno.
Este tipo de engaños, técnicamente conocidos como phishing, se perfeccionan día a día, volviéndose más sofisticados en su apariencia y en su mensaje, dificultando cada vez más su identificación para el ojo no experto, una amenaza constante que nos obliga a estar en guardia permanente en un entorno digital donde la validación de la identidad del remitente se ha vuelto una tarea sorprendentemente compleja. La promesa de un paquete, real o imaginario, actúa como el cebo perfecto para un público amplio, apelando a la expectativa de recibir algo, ya sea una compra online o un envío de un familiar o amigo, y utilizando esa expectativa como palanca para inducir a la acción sin pensar demasiado en las posibles consecuencias, cayendo así en la trampa de un fraude diseñado para robar algo mucho más valioso que una pequeña cantidad de dinero.
2BANDERA ROJA INMEDIATA: ¿POR QUÉ UN MENSAJE SOBRE UN PAQUETE INESPERADO ES SOSPECHOSO?

La primera y más obvia señal de alerta, aunque parezca elemental, reside en el hecho de recibir una notificación sobre un paquete cuando no esperas absolutamente nada, una incongruencia básica que debería activar de inmediato el resorte de la sospecha antes de seguir leyendo o hacer clic en nada. Las empresas de paquetería legítimas, como Correos, generalmente solo te contactarán activamente sobre un envío si existe una incidencia real con un número de seguimiento concreto asociado a tu nombre o dirección, y no te pedirán pagos de aduanas o gastos de envío a través de enlaces genéricos en mensajes no solicitados, especialmente si el paquete es una sorpresa total para ti. Los procedimientos oficiales para aduanas o pagos adicionales suelen ser más formales y verificables.
Además de la falta de un envío esperado, este tipo de mensajes fraudulentos a menudo delatan su verdadera naturaleza a través de pequeños detalles que los diferencian de las comunicaciones auténticas de Correos. Busca errores gramaticales u ortográficos, un lenguaje vago o excesivamente urgente («actúe inmediatamente», «su paquete será devuelto»), un remitente que no coincide exactamente con el nombre oficial de la empresa (quizás una pequeña variación en el dominio del correo electrónico o un número de teléfono sospechoso), o un saludo genérico en lugar de dirigirse a ti por tu nombre, indicios claros de que el mensaje no proviene de una fuente legítima sino de ciberdelincuentes intentando pescar incautos en el vasto océano digital. Cualquier comunicación de Correos que te parezca ligeramente extraña merece ser tratada con la máxima precaución.