La recta final de Supervivientes 2025 ha comenzado a cobrar una intensidad emocional sin precedentes. Tras más de dos meses de concurso, los participantes se enfrentan al desgaste físico, mental y emocional que supone vivir en condiciones extremas, sin apenas comida, rodeados de tensiones constantes y con la presión creciente de estar a un paso de la gran final, cuya fecha todavía no ha sido anunciada oficialmente por Telecinco. Entre todos los supervivientes, uno de los que está atravesando por un momento más delicado es Montoya, quien se ha convertido en el centro de todas las miradas por la dura situación que está atravesando. El concursante, completamente superado, ha activado en varias ocasiones el protocolo de abandono, mostrando su incapacidad para continuar adelante con la aventura.
3Montoya conquista ‘Supervivientes’

Montoya, que ya había protagonizado otros episodios de crisis, ha llegado a un punto en el que se siente completamente solo. Las discusiones, el agotamiento acumulado y la falta de motivación han hecho que su situación se vuelva insostenible. Aunque en anteriores ocasiones había conseguido reconducir su ánimo gracias a la compañía de Anita Williams o a pequeñas recompensas por parte de la organización, ahora ni siquiera eso parece bastarle. Y a pesar de que Anita ha recibido recientemente los resultados de la prueba de embarazo que se hizo tras las dudas que sembró Makoke en una gala anterior, esta noticia no ha tenido el impacto emocional que cabría esperar, pues Montoya sigue centrado en sus propias debilidades.
La gala que debía ser una celebración por estar tan cerca del final se ha transformado en un desfile de emociones crudas y lágrimas difíciles de contener. El gesto de la organización al facilitarle ese vídeo de su familia ha sido un intento claro de reconectar al concursante con su propósito inicial, de devolverle algo de fuerza emocional. Sin embargo, está por ver si Montoya será capaz de resistir o si finalmente pondrá punto y final a su participación antes de tiempo. Está nominado esta semana y su continuidad depende tanto del voto del público como de su propia resistencia emocional. El andaluz ha demostrado ser uno de los concursantes más vulnerables y también más auténticos, pero puede que su recorrido esté llegando a su fin.
Mientras tanto, la tensión sigue escalando en Cayo Cochinos. Las alianzas se rompen, los enfrentamientos se endurecen y la desesperación hace estragos en el ánimo de los supervivientes. Con la gran final en el horizonte, cada día se convierte en un desafío extremo, no solo físico sino emocional. Y Montoya, atrapado entre la nostalgia por su familia, la impotencia ante la situación de su abuela y la dureza del concurso, se enfrenta al dilema más difícil de todos: rendirse o aguantar hasta el final. La decisión, aunque aún incierta, marcará el destino de uno de los rostros más mediáticos de esta edición.