El martes 27 de mayo expiró el ultimátum que el Gobierno de Donald Trump había dado a las petroleras de todo el mundo para que abandonasen sus actividades en Venezuela. Repsol, una de las empresas españolas que más y mejores activos tiene allí, sufrirá por tanto un perjuicio en sus inversiones del que estará exenta la estadounidense Chevron, que ha alcanzado un acuerdo especial con Washington.
La petrolera que dirige Josu Jon Imaz ve así revocada la licencia concedida por la Administración de Joe Biden para continuar con sus actividades en Venezuela, lo que podría acarrearle fuertes perjuicios en su negocio estadounidense si decide seguir operando en el país sudamericano.
INEQUIDAD EN EL CASTIGO A VENEZUELA
A través de las licencias, EEUU puede imponer restricciones que limiten actividades clave como la exploración, producción o comercialización de petróleo y gas, afectando directamente la capacidad operativa de las empresas.
Repsol es una de las muchas petroleras occidentales afectadas por la decisión tomada por la Administración de Donald Trump, justificada en las presuntas prácticas antidemocráticas del Gobierno venezolano liderado por Nicolás Maduro. EEUU ha aplicado el mismo tratamiento a sus propias empresas, siendo el de Chevron el caso más mediático.
Sin embargo, la petrolera norteamericana cuenta con un as bajo la manga del que Repsol carece. Según Reuters, que cita «fuentes con conocimiento de la decisión», la administración de Trump ha emitido una autorización limitada para que la petrolera estadounidense Chevron pueda conservar activos en Venezuela, incluidas sus participaciones en empresas mixtas con la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA).
EL PACTO ‘BAJO CUERDA’ DE CHEVRON
La información publicada por la agencia relata que Chevron y varias empresas europeas habían estado en conversaciones con funcionarios en Washington en las últimas semanas para obtener autorizaciones especiales que les permitieran preservar sus participaciones y activos en el país sudamericano, amenazadas por la política de bloqueo económico impuesta por Trump.
Las directrices para Chevron, cuyos términos son similares a los de una licencia estadounidense que tuvo entre 2020 y 2022 para sus operaciones en Venezuela, fueron emitidas cuando la administración permitió que expirara este martes la licencia más amplia que tenía la compañía para operar en el país. El expresidente estadounidense Joe Biden había emitido esa licencia hace más de dos años.
SE DESCONOCE SI EL PERMISO ESPECIAL CONCEDIDO POR WASHINGTON A CHEVRON, QUE PRESERVA INCLUSO SUS PARTICIPACIONES EN EMPRESAS MIXTAS CON LA PETROLERA VENEZOLANA, SE EXTIENDE A OTRAS COMPAÑÍAS
Bajo la nueva autorización pactada con Washington, Chevron no puede operar campos petroleros en Venezuela, exportar su petróleo ni ampliar sus actividades, dijeron las fuentes a Reuters, y agregaron que la intención es evitar cualquier posible pago al gobierno del presidente Nicolás Maduro.
La agencia agrega que ni la Administración de EEUU ni PDVSA han querido hacer comentarios al respecto, por lo que se desconoce si el trato de favor concedido a Chevron se extiende a otras petroleras estadounidenses o europeas.
LA SITUACIÓN DE REPSOL
Según desvelaron fuentes del Gobierno español a The Objective, Repsol va a seguir en Venezuela, con licencia estadounidense o sin ella. La petrolera española se mantendrá firme en esta decisión aunque le ocasione pérdidas económicas.
Las consecuencias a las que se enfrenta cualquier compañía que desafíe la prohibición estadounidense de exportar petróleo venezolano son claras: sanciones y restricciones en sus operaciones dentro del territorio de EEUU. Sin embargo, los vínculos de Repsol con Venezuela son demasiado fuertes como para abandonarlos sin más.
Repsol llegó a Venezuela en 1993. En estas tres décadas, ha acumulado una fuerte cartera de activos en el país, llegando a emplear a 131 personas y gestionando importantes yacimientos de hidrocarburos, como el Proyecto Perla, Quiriquire Gas, Petroquiriquire (participada por Repsol en un 40%) y Petrocarabobo.
Repsol, CUYO PATRIMONIO en VENEZUELA sOBREPASA los 500 millones de euros, CONTINUARÁ OPERANDO EN EL PAÍS AUNQUE SUPONGA EXPONERSE A SANCIONES EN EEUU
A este bagaje hay que sumar el último gran avance de la energética dirigida por Josu Jon Imaz en la región: un prolongado período de negociaciones fructificó en un acuerdo con PDVSA para ampliar el área geográfica de la empresa mixta Petroquiriquire. Con este negocio, Repsol calculaba que su producción en el país se duplicaría, hasta llegar a los 20.000 barriles de crudo al día.
En total, se estima que el patrimonio de Repsol en el país supera los 500 millones de euros.