Dentro de los fotogramas de Sueños de Libertad, cada mirada tiene detrás de sí un secreto, y cada susurro llega cargado de amenaza. El capítulo 317 de este viernes es el giro esperado de una trama donde las lealtades se ven desmoronadas y las máscaras caen.
Begoña recibe un mensaje anónimo que no firma, pero tiene la impronta inconfundible de alguien que sabe mucho. Mientras, Damián, consumido por la obsesión, se aferrará a Digna como última frontera de certeza en un mundo donde hasta la verdad puede llegar a doler.
3PEDRO, RAÚL Y EL PRECIO DE LA AMBICIÓN

Don Pedro no sabe hacerlo: no perdona y, mucho menos, olvida. Es cierto que su intervención para apartar a Tasio del nuevo perfume no se explica por una mera decisión astuta, por un capricho o por una posibilidad de hacer daño, sino por el deseo de ejercer su poder. Ya en Sueños de Libertad se reflejan estas ideas: el poder no se ejerce, sino que se demuestra. Pero Joaquín, al frente del proyecto, no es más que un peón más en esta nueva partida de ajedrez.
Pero Pedro no es el único que tiene problemas: Raúl, apresado en una trampa por Claudia, intenta salir de la situación en la que se encuentra: “Mis sentimientos son muy reales”, dice, pero en esta historia las palabras no valen nada frente a los actos. María, mientras tanto, juega su propia baza: advierte a Don Pedro. Ella también sabe que en esta casa, la información es intercambiable.
Doña Clara se mantiene fuera de juego, ilusionando a Pelayo, Marta y Andrés con los colores de un negocio que apesta a posibilismo… o a trampa. Incluso la inocencia puede ser un disfraz. Pero Pedro tiene un punto ciego: su soberbia y un convencimiento que lo hace creer que puede controlar todo sin darse cuenta de que Damián se está acercando peligrosamente a la verdad; el que en un momento dado se entrega al juego de la doble vida es Raúl.
Él es el que intenta dar la cara para todos los lados, pero podría terminar siendo el más débil o el eslabón más endeble. Y en esta trama, el que parezca más fuerte será siempre el siguiente en caer. Y en paralelo, Luz refuerza su vínculo con Teo, mostrándole el legado de Gema. Y en medio de todo el desorden, surgen destellos de humanidad que añaden a la historia el sentido de que no todo está perdido, aunque incluso esa ternura sea calculada.