Despertar con la piel pegada a la sábana y el sudor recorriendo cada rincón de tu cuerpo es una señal inequívoca de que el calor ha tomado el mando de tu hogar. Nada más encender el aire acondicionado, tu bolsillo tiembla y el termostato marca cifras que asustan. Sin embargo, no necesitas un aparato industrial para sobrevivir al calor de manera eficaz y económica.
Con unos ajustes sencillos y algo de ingenio, podrás transformar tu casa en un refugio fresco sin disparar la factura eléctrica. Aquí descubrirás técnicas accesibles que te permitirán recuperar el bienestar en los días más sofocantes, incluso cuando el sol aprieta sin compasión.
9Toallas húmedas en marcos de ventanas

Colocar toallas mojadas en los marcos de las ventanas genera un efecto de enfriamiento continuo. Con cada brisa que entre, pequeñas gotitas se evaporan y bajan la temperatura en el punto de contacto. Es como instalar un sistema de aire acondicionado rudimentario, pero sin facturas desorbitadas.
Renueva las toallas antes de que se sequen por completo y mantendrás un nivel de frescor constante. Este método demuestra que con recursos mínimos puedes diseñar un entorno donde sobrevivir al calor deje de ser un castigo.