Despertar con la piel pegada a la sábana y el sudor recorriendo cada rincón de tu cuerpo es una señal inequívoca de que el calor ha tomado el mando de tu hogar. Nada más encender el aire acondicionado, tu bolsillo tiembla y el termostato marca cifras que asustan. Sin embargo, no necesitas un aparato industrial para sobrevivir al calor de manera eficaz y económica.
Con unos ajustes sencillos y algo de ingenio, podrás transformar tu casa en un refugio fresco sin disparar la factura eléctrica. Aquí descubrirás técnicas accesibles que te permitirán recuperar el bienestar en los días más sofocantes, incluso cuando el sol aprieta sin compasión.
8Barreras exteriores contra el sol

Antes de que los rayos solares penetren en tu hogar, bloquea la intensidad con toldos, lonas o telas reflectantes. Extender una superficie blanca en balcones o ventanas desvía el calor y evita que el vidrio actúe como invernadero durante las horas de máxima radiación.
Este gesto es tan sencillo como colgar una tela resistente y tensa, y te permite mantener la casa fresca sin obras ni permisos. Al desviar el sol, ganas varios grados en el interior y reduces la necesidad de recurrir a climatizadores…