Despertar con la piel pegada a la sábana y el sudor recorriendo cada rincón de tu cuerpo es una señal inequívoca de que el calor ha tomado el mando de tu hogar. Nada más encender el aire acondicionado, tu bolsillo tiembla y el termostato marca cifras que asustan. Sin embargo, no necesitas un aparato industrial para sobrevivir al calor de manera eficaz y económica.
Con unos ajustes sencillos y algo de ingenio, podrás transformar tu casa en un refugio fresco sin disparar la factura eléctrica. Aquí descubrirás técnicas accesibles que te permitirán recuperar el bienestar en los días más sofocantes, incluso cuando el sol aprieta sin compasión.
1Corrientes de aire cruzadas para sobrevivir al calor

Crear un flujo de aire natural es la primera gran clave para sobrevivir al calor sin depender de máquinas ruidosas. Abre una ventana en el lado más sombrío de tu vivienda y otra enfrentada, de modo que el viento circule con facilidad y arrastre el aire caliente hacia el exterior.
Si colocas un ventilador apuntando hacia la salida, potenciarás esa corriente hasta convertirla en una brisa constante. Con este sencillo gesto, sentirás cómo la temperatura cae varios grados en cuestión de minutos, casi como un soplo de alivio que recorre cada estancia.