La situación de Talgo es delicada. La empresa ha lidiado en los últimos meses con un alto nivel de tensión con sus propios trabajadores, sigue sin una respuesta para los 110 millones de euros que Renfe ha solicitado por el retraso en la entrega de los Avril y sigue sin concretarse la compra del 29,7% de las acciones que controla Trilantic por parte de Sidenor. Ahora la presentación de los resultados del primer trimestre de 2025 no ha servido para despejar dudas, sino que, por el contrario, ha generado todavía más dudas sobre el fabricante que desde el Gobierno Nacional consideran «estratégico».
La empresa ha declarado 7,1 millones de euros en pérdidas entre enero y marzo. Además, han retirado sus previsiones para el resto del año, esto último debido a que se ha hecho evidente que la empresa no es capaz de entregar el pedido de la alemana Deutsche Bahn a tiempo, lo que ha forzado una nueva negociación de tiempos de entrega para evitar una nueva sanción como la recibida por el retraso en el caso de Renfe. A esta realidad se suma que CAF, el otro gran fabricante de trenes en España, tiene ya un prototipo de trenes de alta velocidad de ancho variable para competir con los Avril, el Oaris, y los competidores de la ferroviaria estatal ya se plantean otras opciones de cara a la segunda etapa de la liberalización de los trenes. Talgo ha logrado unos ingresos de 154,3 millones de euros en el primer trimestre del ejercicio 2025 y un EBITDA de 13, 6 millones de euros.
Así la empresa advierte a sus inversores y al público en general sobre «la retirada temporalmente de la orientación establecida para el año 2025 debido a circunstancias imprevistas relacionadas con los principales proyectos y la estructura del capital que, por tanto, dificultan establecer previsiones de forma adecuada». Será complejo que la empresa supere este momento de crisis sin grandes cicatrices, de cualquier modo será clave seguir de cerca sus movimientos, y que ocurre con los nuevos pedidos necesita la empresa para mantenerse a flote.
No es una foto demasiado atractiva para un comprador, sea Sidenor o sea otro, y aunque desde el Gobierno Nacional y desde el del País Vasco se han hecho esfuerzos para facilitar la compra, la situación es delicada. Es cierto que desde el gobierno vasco se asegura que la compra ocurrirá durante el mes de junio, y que el Ministro de Transporte y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha asegurado que se aplaza el pago de la sanción impuesta por Renfe para evitar que la misma complique la compra de Talgo, pero aun así los resultados presentados ayer solo generan más incógnitas.
TALGO Y LA IMPOSIBILIDAD DE RECIBIR NUEVOS PEDIDOS
Lo cierto es que parte del problema de Talgo, y lo que sigue generando pérdida para el fabricante, es que es imposible que siga recibiendo pedidos con sus fábricas a tope. La empresa siempre ha sido atractiva para los países y corporaciones que quieren expandir sus vías de tren, precisamente por qué la empresa ha crecido en un sistema de vías tan particular y complicado como lo es el español. Allí está el reciente acuerdo con Pesa para desarrollar el sistema de alta velocidad de Polonia, o el interés en la compra del fabricante por parte de la empresa polaca, o de la india Jupiter Wagons, para demostrar el prestigio que sigue teniendo.

Aun así, la situación es extrema. Sin un comprador con la capacidad industrial para desatascar los pedidos del fabricante español, su crisis seguirá alargándose. Lo cierto es que la foto de principios de 2025 es muy diferente a la de principios de 2024, cuando presumían de más de 10 millones de euros en ganancias. Al mismo tiempo, a pesar de las complicaciones, hay algunas estrategias que la empresa sigue mostrando para generar cierta estabilidad en medio de la tormenta.
EL MANTENIMIENTO DE TRENES PARA PASAR EL TERREMOTO
En cualquier caso, la empresa sigue recibiendo alrededor del 50% de sus pedidos por solicitudes de mantenimiento. Es una opción que les ha permitido mantener las pérdidas en un límite, y que la empresa siga manteniendo un cierto nivel de estabilidad en el corto plazo. No sirve para superar la crisis, pero al menos es un bote salvavidas que limita las posibilidades de ahogarse mientras que cierran el acuerdo con el comprador, sea Sidenor o alguna de las empresas internacionales que también han mostrado interés en la compra.
En cualquier caso, el cierre del acuerdo con la empresa vasca aclararía las dudas del futuro inmediato de la empresa. El drama de Talgo se sigue alargando mientras se cierra esta operación, pero de momento la misma se ve en pausa, precisamente por los problemas que arreglaría la compra.