La verdad siempre consigue abrirse paso, si bien es cierto que, a veces, lo hace arrasando con todo a su paso. En el próximo capítulo de Sueños de Libertad, los personajes descubren que algunas de las mentiras son como grietas que empiezan a abrirse en un muro de piedra: en el momento en el que empiezan su expansión, es imposible parar su derrumbe.
Don Pedro, patriarca de una familia omnívora cuya obsesión por controlar todo y a todos ha sido su característica más notoria. Sufre el derrumbe de su mundo al conocer el pasado oculto de Irene, mientras que Andrés sigue un camino de conspiración que puede confirmar la imagen que su propio padre, Damián, tiene, corrupta además por Joaquín, que se esfuerza por curar las heridas de Teo.
2ALIANZAS FRÁGILES EN SUEÑOS DE LIBERTAD

En Sueños de Libertad, las lealtades son tan volubles como el viento, y este capítulo no podía ser una excepción. Joaquín, aplastado por su situación con Teo, encuentra un inesperado colaborador en Luis. Juntos preparan un plan para hacer que el niño vuelva a sonreír, dando muestras de que en el caos siempre hay un pequeño lugar para la bondad y el desinterés. Sin embargo, hasta los gestos más puros tienen sus consecuencias; Gema, cuando se vuelve a acercar a nuevo Teo, se equivoca y comete un error que podría hacer que se alejen para siempre.
Por otro lado, Digna y Julia viven un momento bien bonito cuando hablando por primera vez de Valentín, el padre biológico de la niña, Digna, le confiesa a Julia que «tiene los ojos de su padre», lo que convierte un secreto que han guardado durante años en un puente que les puede acercar. Pero no todas conversan, quieren sanar.
Y luego está Fausto, el compañero de Isabel, de terribles sonrisas calculadoras y palabras seductoras, que va sacando la información relacionada con los De la Reina, en un despliegue de un lobo camuflado en cordero que ocupa la palabra de la mujer. Isabel, que desconoce las verdaderas intenciones del hombre, está cayendo en la trampa que la podría arrastrar a su destrucción.
Joaquín y Luis encarnan la esperanza en medio del desastre, más incluso su amistad podría quedar higienizada por los secretos. Teo, por su parte, es un niño feliz, pero sigue siendo un niño roto que busca refugio en los lugares equivocados. ¿Podrán Joaquín y Luis poder protegerlo de la inminente llegada del peligro?
Fausto, por su parte, es la amenaza. Su capacidad para mentir a Isabel nos dice que tiene un plan que debe ser mucho más oscuro. ¿Es un jugador a sueldo?, ¿o es un jugador libre que está dispuesto a quemar todo con tal de ganar? Isabel, quien es aún demasiado inocente y confiada, parece que va a pagar el precio más alto.