Los nuevos tiempos, donde el streaming ha asumido el papel de la legislación del entretenimiento, han llevado a Telecinco a jugar con fuego. La cadena ha producido los 16 episodios de La Favorita 1922 y los ha emitido en un bloque de episodios sin diferenciarlo entre dos temporadas.
Pero ahora la cadena se juega el todo por el todo: ¿está el espectador dispuesto a pasar por un maratón televisivo en plenos tiempos del consumo bajo demanda? Una estrategia que puede encajar; puesto que lo hace con una serie que ya arrancó con más de 1,5 millones de espectadores en su estreno.
3UNA APUESTA POR LA FICCIÓN NACIONAL

Más allá de los datos, La Favorita 1922 es una muestra de confianza en la producción española. Telecinco podría haber optado por formatos más seguros (los realitys, los concursos, las reposiciones de series extranjeras), pero ha decidido jugarse su carta en el terreno de la ficción ambiciosa. Al emitirla sin cortes, lanza un mensaje claro y contundente a sus espectadores: esta serie tiene que ser vista como una obra únicas y no como un producto fragmentado.
Sin embargo, el riesgo de desaprovechar una buena historia es real. Algunas series necesitan el descanso necesario, como todo lo que respiramos, para que el público pueda asimilar lo que ha visto de una semana a la siguiente. El modelo de Telecinco no permite ese descanso y si la narración no es suficientemente potente, esa fatiga podría acabar por sepultarla.
El futuro de la ficción en abierto podría situarse en función de este experimento. En caso de que La Favorita 1922 logre remontar, otras cadenas serían las primeras en seguirlo; si la serie fracasara, sería interpretado como que el público prefiere seguir mediante el control de las plataformas de streaming. Sea cual sea el resultado de todo esto, una cosa queda clara: Telecinco ha puesto encima de la mesa un debate que nadie en la televisión tradicional quiere afrontar.