Los nuevos tiempos, donde el streaming ha asumido el papel de la legislación del entretenimiento, han llevado a Telecinco a jugar con fuego. La cadena ha producido los 16 episodios de La Favorita 1922 y los ha emitido en un bloque de episodios sin diferenciarlo entre dos temporadas.
Pero ahora la cadena se juega el todo por el todo: ¿está el espectador dispuesto a pasar por un maratón televisivo en plenos tiempos del consumo bajo demanda? Una estrategia que puede encajar; puesto que lo hace con una serie que ya arrancó con más de 1,5 millones de espectadores en su estreno.
1LA APUESTA DE LA FAVORITA 1922

Telecinco ha tomado la «mirada a la cámara» de Netflix y ha dicho: «nosotros podemos hacerlo». La emisión continua de La Favorita 1922 es un guiño al consumo en atracón o binge-watching: el modelo de consumo que han normalizado las plataformas de streaming. La cadena pretende que el espectador no pierda interés entre capítulo y capítulo: una queja recurrente al hilo de los relatos o la deriva en series que se alargan durante meses, con pausas publicitarias intercaladas y temporadas que se rompen de forma innecesaria.
Pero hay un problema: la televisión lineal es incompatible con el «todo de golpe». Para el usuario de Netflix, «todo depende de él mismo» en lo que a la visualización se refiere; mientras tanto, Telecinco impone un ritmo controlado a sus espectadores y un horario poco favorable (después de Supervivientes y a la hora de la cena); además, el riesgo de saturar el relato es alto. Hacer una serie durante cuatro meses sin parar puede requerir un buen relato; los últimos datos sugieren que la serie puede no estirarse al máximo.
El precedente de Entrevías (2022), que sí demuestra que la estrategia puede dar sus frutos… pero con condiciones. Aquella ficción mantenía un share alto gracias a su velocidad y personajes carismáticos. La Favorita 1922, en cambio, ya presenta signos de agotamiento narrativo. Si el descenso de audiencia continúa, Telecinco no tendrá margen de maniobra: ha quemado las naves.