Terminar el día y encontrarte con un paquete de albóndigas precocinadas en el supermercado parece un salvavidas: rápido, sencillo y listo para el plato. Sin embargo, la OCU ha analizado con lupa varias opciones y ha comprobado que no todas ofrecen un sabor ni una calidad dignos de tu mesa.
Antes de dejarte llevar por la urgencia del momento, dedica un minuto a conocer el veredicto de los expertos. Verás por qué algunas marcas merecen tu confianza y por que otras conviene evitarlas. Así ahorrarás decepciones —y euros— en cada cena improvisada.
8La etiqueta como espejo de tu compra

Cada ingrediente cuenta una historia. La OCU recomienda buscar primero “carne de vacuno” o “mezcla de carnes identificadas” antes de cualquier otra cosa. Esa jerarquía indica que, efectivamente, la carne es el componente principal.
Si aparecen harina de trigo o fécula de patata antes que la propia carne, ya sabes quien manda en la formulación. En ese caso, tus albóndigas serán más un sucedáneo que un plato de calidad.