Terminar el día y encontrarte con un paquete de albóndigas precocinadas en el supermercado parece un salvavidas: rápido, sencillo y listo para el plato. Sin embargo, la OCU ha analizado con lupa varias opciones y ha comprobado que no todas ofrecen un sabor ni una calidad dignos de tu mesa.
Antes de dejarte llevar por la urgencia del momento, dedica un minuto a conocer el veredicto de los expertos. Verás por qué algunas marcas merecen tu confianza y por que otras conviene evitarlas. Así ahorrarás decepciones —y euros— en cada cena improvisada.
7Textura: un factor decisivo para la OCU

En cada albóndiga, la densidad y el rebote al apretar indican si han usado un picado fino o un montón de trozos mal amarrados. La OCU alerta de que, cuando la carne se siente apelmazada o, por el contrario, se deshace en migas, el picado no ha respetado las proporciones necesarias.
La diferencia se nota también al morder: una bola firme pero jugosa te habla de un producto bien elaborado. Si se encoge o se desintegra, mejor cambiar de marca y encontrar algo que aporte verdadera textura.