Terminar el día y encontrarte con un paquete de albóndigas precocinadas en el supermercado parece un salvavidas: rápido, sencillo y listo para el plato. Sin embargo, la OCU ha analizado con lupa varias opciones y ha comprobado que no todas ofrecen un sabor ni una calidad dignos de tu mesa.
Antes de dejarte llevar por la urgencia del momento, dedica un minuto a conocer el veredicto de los expertos. Verás por qué algunas marcas merecen tu confianza y por que otras conviene evitarlas. Así ahorrarás decepciones —y euros— en cada cena improvisada.
4Precio bajo, calidad casi invisible

Uno de los errores más comunes es pensar que un precio bajísimo significa ganga. La OCU ha constatado que algunas albóndigas de marca blanca salen muy baratas, pero a costa de usar los recortes de carne menos jugosos…
Esa visión cortoplacista puede acabar traduciéndose en platos insípidos y en el deseo de repetir la compra con otra marca. Al final, la urgencia de comer rápido te deja con un sabor de boca amargo y la cesta medio vacía de satisfacción.