Para los más de 70.000 aficionados ingleses que llegaron esta semana al País Vasco, la poca calidad de la final de Europa League no ha sido la única sorpresa desagradable. Los precios de Uber, la famosa aplicación de VTC disponible internacionalmente y que usan la mayoría de los visitantes extranjeros en el país, llegó a aumentar sus precios hasta un 150% en comparación con la habitual.
Evidentemente, se trata de su conocida tarifa dinámica, pero además, desde hace ya meses, la plataforma tiene menos conductores y vehículos de lo habitual por una huelga de los conductores de Moove Cars que lleva ya meses.
Protestando por un aumento de su salario desde el mes de diciembre, la falta de estos conductores se tradujo en un cóctel mortal el jueves pasado: un aumento de la demanda radical de la mano de una menor oferta de la habitual. En esa realidad Uber, que realmente no dirige directamente las negociaciones de los contratos de los conductores, pues están en manos de plataformas como Moove Cars, Auro o Vecctor, solo por nombrar alguna, pero son los señalados por la situación y por las tarifas en este tipo de situaciones. El problema ahora es que esta huelga se empieza a acercar al verano, época clave para el turismo en España, y no es la excepción para Bilbao.
La ciudad todavía tiene que celebrar su Semana Grande en agosto, el festival BBK Bilbao en las primeras semanas de julio y cuenta con la siempre movida agenda del Guggenheim. A esto se suma los visitantes que aprovechan la fecha para ver familiares, o para conocer una ciudad clave en la geografía española, y muchos de estos prefieren el uso de taxis o de VTC para movilizarse al no conocer del todo la red de transporte público de la capital vasca. De momento no hay una solución en el corto plazo, y es un problema que no se puede ignorar.
En cualquier caso, la crisis ocurre en un momento especialmente delicado para este tipo de plataformas. La nueva ola de licencias de VTC que Cabify, el principal competidor de Uber en España, espera recibir puede generar un cambio en todo el mercado, que algunos ponen en duda sea necesario para la demanda actual de uso de este tipo de plataformas. Lo cierto es que la empresa debe esperar que se resuelva el problema y que no se propague en otras comunidades autónomas del país.
UBER Y LAS NEGOCIACIONES DE CONVENIO
La empresa de transporte ya ha vivido negociaciones complicadas en este aspecto. No fue hace tanto que se complicó la negociación del convenio colectivo de los conductores de Madrid, lo cierto es que la plataforma ha visto situaciones similares en el pasado, pero a lo largo de esta los ha puesto en el punto de mira de tantas críticas y de protestas. La realidad es que estas plataformas han lidiado con una situación incómoda con los conductores desde su fundación, tanto en España como en otros territorios, y sigue siendo uno de sus retos principales.
La realidad es que Uber, Cabify y Bolt tendrán que seguir dando pasos para mejorar esta situación. El caso español es muy particular, pues aquí trabajan con flotas que son las que contratan a sus repartidores, algo que también se ha criticado desde algunos sindicatos. Pero lo cierto es que en otros países como Estados Unidos o Reino Unido, donde han tenido que enfrentar protestas por lo que reciben los trabajadores.
En cualquier caso, tendrán que resolver la situación en Bilbao rápidamente. Es además un aviso para otros territorios donde han empezado a funcionar en el país en los últimos meses, allí están las situaciones delicadas en Ibiza y Vigo, que siguen siendo una realidad complicada de resolver.
EL TSUNAMI DE LICENCIAS EN EL CORTO PLAZO
Será importante seguir de cerca también la reacción de Uber a la ola de licencias que vienen de Cabify, si es que la empresa española consigue todas las victorias legales que esperan en las próximas semanas. Es que mientras que Bolt ha dicho que no comparte la decisión de que aumenten tanto las licencias en manos de una sola plataforma, la empresa internacional ha mantenido su silencio absoluto.

Es una lista de problemas que, probablemente, hagan de la situación de las licencias un problema menor. Pero en algún momento es de esperar que haya alguna declaración de la empresa internacional.