lunes, 26 mayo 2025

El ruido del coche que la DGT controla: si lo escuchas, te enfrentas a multa y posible inmovilización

El ruido estridente de un motor rompiendo la tranquilidad de una calle o el sosiego de una carretera es una de esas molestias que crispan los nervios a cualquiera. Ese bramido, muchas veces buscado deliberadamente mediante alteraciones en el vehículo, no solo es una falta de civismo, sino que también está en el punto de mira de la DGT, que vigila con celo el cumplimiento de la normativa acústica. No es una cuestión menor, pues detrás de ese estruendo se esconden posibles sanciones que pueden aguar la fiesta a más de un conductor aficionado a hacerse notar por los decibelios.

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Lo que para algunos es una expresión de potencia o un toque de personalidad para su máquina, para la normativa y para el oído del resto de ciudadanos es, sencillamente, contaminación acústica. Y como tal, está sujeta a regulaciones estrictas que buscan preservar un mínimo de calidad sonora en nuestro entorno. Desconocer estas reglas o, peor aún, ignorarlas deliberadamente, puede acarrear consecuencias que van más allá de una simple reprimenda, llegando a afectar seriamente al bolsillo y a la disponibilidad del propio vehículo, un escenario que la DGT no duda en aplicar cuando la situación lo requiere.

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LA CAZA DEL RUIDOSO: ASÍ TE PUEDE «PILLAR» LA DGT

Fuente Pexels

La detección de un vehículo que excede los límites de ruido permitidos puede producirse de diversas formas, siendo los controles de carretera realizados por la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil o las policías locales uno de los métodos más directos. Los agentes, basándose en su experiencia o alertados por un sonido claramente excesivo, pueden detener el vehículo e inspeccionar visualmente el sistema de escape en busca de modificaciones no autorizadas o signos evidentes de deterioro que justifiquen el ruido. La DGT forma a sus agentes para identificar estas irregularidades.

Además de la inspección visual, las autoridades disponen de sonómetros homologados para realizar mediciones precisas del nivel de decibelios emitidos por el vehículo en parado o incluso en circulación, en controles específicos. Si la medición supera el límite legal establecido para ese modelo concreto, la sanción es prácticamente inevitable. También las estaciones de Inspección Técnica de Vehículos (ITV) juegan un papel crucial, ya que un escape modificado ilegalmente o en mal estado será causa de un resultado desfavorable, obligando a su reparación o sustitución antes de poder volver a circular legalmente, un filtro que la DGT considera esencial.


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