Conducir por nuestras carreteras lleva implícito un riesgo que se traduce en sanciones económicas cuando cometemos errores. Ahora la DGT anuncia una reforma radical: atar cada infracción al nivel de renta del conductor. De un plumazo, una misma multa podrá costar desde unos pocos cientos de euros hasta cantidades desorbitadas según tus ingresos.
Este giro legislativo busca aumentar la percepción de justicia, pero también dispara la ansiedad de quien teme no poder afrontar un precio inesperado. A continuación descubrirás cómo funciona este nuevo sistema, en qué casos te favorece o te perjudica y qué debes hacer para no llevarte sorpresas.
6El ahorro por pronto pago: ¿sigue vigente?

A pesar de la escalada según renta, la DGT mantiene el rebaja del 50 % cuando la sanción se abona en periodo voluntario. Con esta medida, la segunda fase de los conductores se convierte en una carrera contra el calendario para ahorrar un pellizco extra.
Así, quien reciba una multa de 600 euros podrá acabar desembolsando solo 300 si paga rápido. Esa urgencia impulsa la recaudación digital y refuerza el hábito de resolver las infracciones antes de que el coste se dispare por la demora.