Conducir por nuestras carreteras lleva implícito un riesgo que se traduce en sanciones económicas cuando cometemos errores. Ahora la DGT anuncia una reforma radical: atar cada infracción al nivel de renta del conductor. De un plumazo, una misma multa podrá costar desde unos pocos cientos de euros hasta cantidades desorbitadas según tus ingresos.
Este giro legislativo busca aumentar la percepción de justicia, pero también dispara la ansiedad de quien teme no poder afrontar un precio inesperado. A continuación descubrirás cómo funciona este nuevo sistema, en qué casos te favorece o te perjudica y qué debes hacer para no llevarte sorpresas.
3Impacto en conductores de ingresos bajos

Para quienes ganan menos de 70.000 euros al año, la multa más cara (1.000 euros) se quedará en 200 euros. Ese importe mantiene la sanción aplicada hasta ahora y evita que las familias con menos recursos se vean presionadas por un coste desproporcionado.
Esas ventajas buscan proteger a quienes ya soportan cargas económicas importantes. La DGT espera que este segmento mantenga una buena percepción del sistema, al sentirse tratado con equidad.